Editorial Alaire

Silencio…

No hables, deja que el mudo silencio
se calle.
No hables ¡Solamente mírame!
y deja que tus labios me labren.
Silencio…
No digas nada, quiero extasiarme
en tu dulce mirada.
Arranca el almíbar de mi alma enamorada.
Despójame entera sobre tu almohada.

Silencio…

Dibuja en silencio, mis ganas, mis ansias,
el lamento interno, que grita en silencio:
¡Mi ser te reclama!
Deposita el ósculo de tu boca sagrada
en el templo místico de mi alborada.

Silencio…

¿Cómo puedes besarme, si hablas?
¿Cómo dejar en mi piel tu temblor o tu alma?
Si no haces silencio…
Morirá la mirada.
El turpial agonizará en la rama.
Y tu dulce entrega…
se convertirá en mortaja,
pues muere el amor,
si tanto se habla.

Silencio…

Abrázame y perfuma mi almohada.

el amor se abraza al silencio
para sentirlo en toda su plenitud

tus letras delicadas, emotivas, sensuales,

siempre un placer querida amiga

.

Gracias querido Alonso por tu presencia.
Un abrazo mi querido amigo

Exquisitos versos rebosantes de sensibilidad. Te felicito por tu poema. Un abrazo.

Me gusta ese silencio que reclamas, que habla a través del lenguaje no verbal y que siempre resulta más comunicativo que las palabras.

Muchos besos

cierto, completamente cierto, Lila,

¿Cómo puedes besarme, si hablas?

un besito..........Pilar

Ramón, muchas gracias por tus palabras y tu presenica.
Abrazos

Un bello poema de amor. Horacio

Rosario, gracias por tu grata presencia.
Abrazos

Pilar, que bueno verte en estos versos,
agradable sentir tu presencia.
Un abrazo