Editorial Alaire

Camino lentamente
por la ciudad dormida
y veo calles grises
consagradas al mundo de la ausencia.

Las luces de las casas
me recuerdan que todo es un teatro,
en medio de las voces de la primera vez.

Me fijo en parpadeos
que salen de los bares,
los borrachos que vagan solitarios, sin rumbo.

Una mujer se para
y mira las aceras,
parece que el silencio le hace señas.

Inicia su andadura del olvido
en portales de sombra, donde la voz no llega.

Se marcha sin sus huellas
hacia extraños lugares de la ciudad dormida
y sonámbula empieza
la ruta del presente, con otra identidad...



Ana Muela Sopeña

Un precioso poema que nos sumerge en un ambiente taciturno e íntimo. Consigues con facilidad esa atmósfera poética tan difícil de conseguir. Excelente, querida Ana.
Un abrazo.
J. manuel

Yo he tenido esas sensaciones al caminar de madrugada, es como si viviera tu poema. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

Hola Ana.
Un poema intimista, nacido supongo de un paseo por la noctámbula ciudad.
Siempre un lujo leerte, amiga mía. Abrazos.
Mario.

Hermosa manera, Ana, en que descrbes los acontecimientos nocturnos. Su urbanidad sumida en la penumbra...

Saludos y abrazos, querida Ana.

Buen poema, Ana. Yo también he vivido estas impresiones en solitarios paseos nocturnos. Un abrazo.

Gracias, José Manuel, por pasar y dejarme tus palabras tan positivas.

Besos, amigo poeta
Ana

hermoso ritmo el de tus palabras.
un beso,
Paula

Pilar, gracias por seguirme con tu lectura.

Un beso fuerte
Ana

Me da mucho gusto reencontrarme con tu poesía , querida Ana Muela
Recibe un abrazo grande
Rossana

Muy buena la poetización de esta ciudad dormida habitada por seres despiertos o alienados, y al final, esa mujer que renace.

Me ha encantado, Ana, felicidades.

Un abrazo.

Mario, para mí es un lujo encontrarte entre mis versos.

Besos, muchos
Ana

Marina, gracias por brindarme tus cálidas palabras.

Un besito
Ana

Precioso este poema/cuadro pintado con ternura y tenues luces.
Un abrazo.
Pepa