Editorial Alaire

Yolanda *yocaro* escribió:.
.
Concha! y este bello poema- denuncia qué hace abajo? subamóslo; la palabra abandera el sentir de la naturaleza.

Un abrazo

Yolanda *yocaro*
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Concha Verónica Vidal escribió:Mar, pura herida, sangre lloviendo la arena
te contemplo mientras sesgan tu epidermis cirujanos,
expertos en construcciones primera línea de playa.

Y el ahogo de las olas cada vez más cercenadas,
¿dónde el cangrejo ermitaño?
los erizos abrevan entre corrientes ficticias
y las lapas, - un intento de soborno -,
ya no pueden adherirse a esas rocas de argamasa sin aristas,
se me deslizan las algas entre puertos de burgueses.

¿Dónde la panzuda barca ensoñando las farolas?

¡ Cómo duele tu sutura, mar tan mío, amordazado en cemento ¡
Ya no duermen cormoranes los filos de acantilados,
sólo casas se deslizan como nichos hasta arrancarte la entraña.

¿Y aún les cabe el asombro si vomitas
de vez en cuando
la pena?




12-2-8


www.labrujadelcerezo.blogspot.com/[/quote]


ADMIRADA CONCHA:

Mira lo que son las coincidencias de la vida, pues una
concha -tal vez marina- nos invita a conservar intacta a la
naturalez que tanto nos ha dado y que todos los días es
agredida por la mano del hombre. El mar es motivo de
mutilaciones en sus arrecifes y de contaminación por los
derrames de petróleo y la basura arrojada a sus playas.
Si un diez por ciento de la población mundial pensara como
tú, el mundo tendría asegurada su salvación. Te abrazo
desde el sur de México: J u l i o .

Antonietta Valentina escribió:Aplaudo tu poema, el mar aprisionado entre concreto...ya no le damos margen a la naturaleza, ya se ahogan hasta las olas y presas intentan danzar...
Concha, hermoso poema grito.

un abrazo

Concha Vidal escribió: ↑Mar, 12 Feb 2008 19:18 Mar, pura herida, sangre lloviendo la arena
te contemplo mientras sesgan tu epidermis cirujanos,
expertos en construcciones primera línea de playa.

Y el ahogo de las olas cada vez más cercenadas,
¿dónde el cangrejo ermitaño?
los erizos abrevan entre corrientes ficticias
y las lapas, - un intento de soborno -,
ya no pueden adherirse a esas rocas de argamasa sin aristas,
se me deslizan las algas entre puertos de burgueses.

¿Dónde la panzuda barca ensoñando las farolas?

¡ Cómo duele tu sutura, mar tan mío, amordazado en cemento ¡
Ya no duermen cormoranes los filos de acantilados,
sólo casas se deslizan como nichos hasta arrancarte la entraña.

¿Y aún les cabe el asombro si vomitas
de vez en cuando
la pena?




12-2-8