Coloquio individual sobre Haití y Chile.
Publicado: Vie, 19 Mar 2010 16:24
Coloquio individual
sobre Haití y Chile.
I. Atardecer.
Hay un sendero que, cobijado con el mar del Golfo,
recibe de las costas vecinas: quebranto y alegrías.
Su pueblo, hermano de la soledad
cosecha hoy manos astilladas,
nubes beligerantes, y el reseco tormento de la tierra.
II. Renuncia al día.
Habla la plegaria,
el tambor
la tierra que es piel
el amor que es cándido
y una larga línea de secretos oscuros
que se deshojan
bajo la tierra
mientras danzan las sombras.
III. Nocturno.
Los materiales
de la costa Araucana fundidos con el mar
numeran las calles y los manantiales
y las luces perdidas;
los ojos absortos y los ojos solitarios.
La noche viene en camino
continúa su curso rotatorio,
el hambre humana grita desde los fardos
al océano eólico,
es un sólo ser el que realiza
dualidad con las manos;
es un sólo eslabón de las sombras húmedas
que detiene su vida por la hora oscura
mientras el mar es testigo del hambre inconsecuente,
las gaviotas pernoctan ahora
desde la certeza arenosa
y de nuevo, la brisa hará su arribo monumental
sobre los arrecifes y el ruido.
sobre Haití y Chile.
I. Atardecer.
Hay un sendero que, cobijado con el mar del Golfo,
recibe de las costas vecinas: quebranto y alegrías.
Su pueblo, hermano de la soledad
cosecha hoy manos astilladas,
nubes beligerantes, y el reseco tormento de la tierra.
II. Renuncia al día.
Habla la plegaria,
el tambor
la tierra que es piel
el amor que es cándido
y una larga línea de secretos oscuros
que se deshojan
bajo la tierra
mientras danzan las sombras.
III. Nocturno.
Los materiales
de la costa Araucana fundidos con el mar
numeran las calles y los manantiales
y las luces perdidas;
los ojos absortos y los ojos solitarios.
La noche viene en camino
continúa su curso rotatorio,
el hambre humana grita desde los fardos
al océano eólico,
es un sólo ser el que realiza
dualidad con las manos;
es un sólo eslabón de las sombras húmedas
que detiene su vida por la hora oscura
mientras el mar es testigo del hambre inconsecuente,
las gaviotas pernoctan ahora
desde la certeza arenosa
y de nuevo, la brisa hará su arribo monumental
sobre los arrecifes y el ruido.