Nunca.
Publicado: Jue, 18 Mar 2010 0:46
NUNCA.
Nunca se sintió tan triste,
con ese brillo que dejan en el aire las campanas de bronce,
el diáfano atardecer cantándole en las espaldas un melodioso drama de ocaso.
El cansancio lo llevo al último banco de plaza,
al postrero sillón de cavilaciones viejas,
podía morar la desvalijada esperanza bajo la sombra protectora de los árboles,
ver pasar la gente desde su quieto atalaya de huesos,
como ríos o serpientes, persiguiendo las ansias de sus sombras,
sus íntimos deseos.
Miraba desde sus grises ojos de tristeza;
el gris sol, los grises niños que jugaban, la gris ropa con la que vestía el mundo.
Pensó en el mar, en los colores, en la última vez que la vio;
su hermosa mano en el aire, grácil paloma suspendida de la nada del silencio detrás del cristal en el bus que la llevaría lejos.
Pensó que volvería,
que traería con ella amor y otros milagros,
que por fin amanecería su cuerpo roto desde la luz y los colores.
Publicada bajo del seudónimo de:
-golem-
12 de noviembre del 2008.
Copyright ©Gustavo Cavicchia.-Todos los derechos reservados
poemas publicados:
- Nunca - Los muertos - Carpe diem - Desnuda - La espera- Media Tarde - Cuando - Los malos sueños - En casa, en el jardín - Despertar - un país - AnocheSer - Pertenencia - El árbol - De nada sirve la puerta cerrada - A veces llueve-Estoy habitado por mi casa- No te dire como es la lluvia - Parral - Cuando estas - Todo hombre - Aviador - Fui - La casa - Sin ti -
Nunca se sintió tan triste,
con ese brillo que dejan en el aire las campanas de bronce,
el diáfano atardecer cantándole en las espaldas un melodioso drama de ocaso.
El cansancio lo llevo al último banco de plaza,
al postrero sillón de cavilaciones viejas,
podía morar la desvalijada esperanza bajo la sombra protectora de los árboles,
ver pasar la gente desde su quieto atalaya de huesos,
como ríos o serpientes, persiguiendo las ansias de sus sombras,
sus íntimos deseos.
Miraba desde sus grises ojos de tristeza;
el gris sol, los grises niños que jugaban, la gris ropa con la que vestía el mundo.
Pensó en el mar, en los colores, en la última vez que la vio;
su hermosa mano en el aire, grácil paloma suspendida de la nada del silencio detrás del cristal en el bus que la llevaría lejos.
Pensó que volvería,
que traería con ella amor y otros milagros,
que por fin amanecería su cuerpo roto desde la luz y los colores.
Publicada bajo del seudónimo de:
-golem-
12 de noviembre del 2008.
Copyright ©Gustavo Cavicchia.-Todos los derechos reservados
poemas publicados:
- Nunca - Los muertos - Carpe diem - Desnuda - La espera- Media Tarde - Cuando - Los malos sueños - En casa, en el jardín - Despertar - un país - AnocheSer - Pertenencia - El árbol - De nada sirve la puerta cerrada - A veces llueve-Estoy habitado por mi casa- No te dire como es la lluvia - Parral - Cuando estas - Todo hombre - Aviador - Fui - La casa - Sin ti -