Editorial Alaire

No estoy aquí , no vuelo entre vosotros, no puedo ni siquiera presentir
la indiferencia de unos ojos nuevos.
Y sin embargo existo, me sujeto al olvido,
a la muerte que vibra, al silencio que nace, todavía
sigue ausente el Poeta,
y las palabras pisan mi presencia, igual que entonces.


Luis Oroz.

Los epitafios deberían tener siempre vocación de intemporalidad. Este, que también estoy seguro que será para un futuro lejanísimo, es un verdadero testamento del pensamiento (valga la inevitable rima).

Me encanta el comienzo: No estoy aquí. Es el perfecto comienzo para un epitafio.

Me ha gustado mucho, Luis.

Un abrazo.

Aunque vueles muy alto sigues haciéndolo entre nosostros, no podemos prescindir de la palabra que pisa tu presencia. Es un placer leerte, siempre
Se os echa en falta,
Abrazos
Pilar

Juan Fionello escribió:Los epitafios deberían tener siempre vocación de intemporalidad. Este, que también estoy seguro que será para un futuro lejanísimo, es un verdadero testamento del pensamiento (valga la inevitable rima).

Me encanta el comienzo: No estoy aquí. Es el perfecto comienzo para un epitafio.

Me ha gustado mucho, Luis.

Un abrazo.

Me gusta muchísimo la definición: Testamento del pensamiento, rima incluida.

Porque ese debería ser el mensaje en cualquier epitafio, y es que el pensamiento, sea cual fuere, es el que de, algún modo, perdura; en el inconsciente de un hijo, en el hipotético lector...

Mil gracias por tu palabra cercana, compañero.
Un sincero abrazo.

Luis Oroz.

Un buen epitafio, me encantó leerlo.

Luis: Querido luis, es todo un simbolo este epitafio. yo conozco uno de un poeta de mi ciudad, creo que es un acto del poeta desafiando al olvido, te aprecio y saludos amigo.
javier

Hola Pilar.
Mis vuelos son más bien a ras de suelo, ya lo sabes, donde uno puede seguir tropezando, levantarse y volver caer, eso si, con más cuidado.


Siempre estoy leyendoos, aunque a veces en la retaguardia.

Muchas gracias por tu paso y tu cálida palabra.
Un fuerte abrazo, amiga.

Luis Oroz.