En la antesala de la primavera
Publicado: Mar, 02 Mar 2010 15:37
.
EN LA ANTESALA DE LA PRIMAVERA
(o cuando los hombres silban a los pájaros)
.
Escuchar el primer canto del pájaro
al llegar la primavera es sin duda
un acontecimiento hermoso: alegra el alma -eso dicen-
y nos mueve al amor y a la esperanza.
Afuera, en el patio, un pájaro canta. No puedo verlo,
pero está en el jardín, sobre los árboles,
oculto entre las ramas del cerezo.
Él repite una y otra vez
la misma clave, el mismo trino.
Consigue en su insistencia despertar mi atención
con su reclamo (yo podría -por lo simple de la cadencia-
reproducir la misma pauta con el silbido de mis labios).
Abro de par en par la ventana. Presiento la influencia
del aire en primavera. Silbo.
Pretendo con mi práctica imitar
el canto de ese pájaro invisible.
Hago una pausa. Espero. Él me responde
-o eso parece. Y ambos mantenemos un diálogo
basado en el instinto.
Me toma por un pájaro rival
o quizá por una hembra de su especie.
Yo busco compañía, sentirme cómplice de su misterio.
Cuando al fin se dé cuenta del engaño se irá;
y yo me quedaré pensando que el canto de un jilguero
es un pretexto para abrir
después de un largo invierno una ventana.
(Lo que piensa en verdad el pájaro)
Sí, tenían razón
el ganso y la cigüeña:
En las tierras del norte,
del viento y de la lluvia,
donde es más cruel la pugna
en busca de alimento,
cada año, al mismo tiempo
que las hojas asoman
por las ramas, la flor
adorna los cerezos
y el sol madura el campo,
se ven en las ventanas
a los primeros hombres
que silban a los pájaros.
Significa que vuelve
el tiempo de la cría
y el ritual del instinto
del celo y de los nidos.
Me voy de este jardín y de este patio
ahora que por fin un hombre
responde a mi señuelo;
no sea que me tome por un jilguero que confunde
el singular silbido de un humano
con el trino de una hembra
de mi especie.
¡Qué curiosa es la vida! ¡Qué inauditas
sus manifestaciones! ¡Qué extraños son los hombres
que silban a los pájaros!.
--oOo--.Dos perspectivas de un mismo acontecimiento. La vida es una continua interacción.El otro día me sorprendí a mi mismo conversando, silbando a un pájaro.Él también debió asombrarse.
EN LA ANTESALA DE LA PRIMAVERA
(o cuando los hombres silban a los pájaros)
.
Escuchar el primer canto del pájaro
al llegar la primavera es sin duda
un acontecimiento hermoso: alegra el alma -eso dicen-
y nos mueve al amor y a la esperanza.
Afuera, en el patio, un pájaro canta. No puedo verlo,
pero está en el jardín, sobre los árboles,
oculto entre las ramas del cerezo.
Él repite una y otra vez
la misma clave, el mismo trino.
Consigue en su insistencia despertar mi atención
con su reclamo (yo podría -por lo simple de la cadencia-
reproducir la misma pauta con el silbido de mis labios).
Abro de par en par la ventana. Presiento la influencia
del aire en primavera. Silbo.
Pretendo con mi práctica imitar
el canto de ese pájaro invisible.
Hago una pausa. Espero. Él me responde
-o eso parece. Y ambos mantenemos un diálogo
basado en el instinto.
Me toma por un pájaro rival
o quizá por una hembra de su especie.
Yo busco compañía, sentirme cómplice de su misterio.
Cuando al fin se dé cuenta del engaño se irá;
y yo me quedaré pensando que el canto de un jilguero
es un pretexto para abrir
después de un largo invierno una ventana.
(Lo que piensa en verdad el pájaro)
Sí, tenían razón
el ganso y la cigüeña:
En las tierras del norte,
del viento y de la lluvia,
donde es más cruel la pugna
en busca de alimento,
cada año, al mismo tiempo
que las hojas asoman
por las ramas, la flor
adorna los cerezos
y el sol madura el campo,
se ven en las ventanas
a los primeros hombres
que silban a los pájaros.
Significa que vuelve
el tiempo de la cría
y el ritual del instinto
del celo y de los nidos.
Me voy de este jardín y de este patio
ahora que por fin un hombre
responde a mi señuelo;
no sea que me tome por un jilguero que confunde
el singular silbido de un humano
con el trino de una hembra
de mi especie.
¡Qué curiosa es la vida! ¡Qué inauditas
sus manifestaciones! ¡Qué extraños son los hombres
que silban a los pájaros!.
--oOo--.Dos perspectivas de un mismo acontecimiento. La vida es una continua interacción.El otro día me sorprendí a mi mismo conversando, silbando a un pájaro.Él también debió asombrarse.