Editorial Alaire

Tú me enseñaste el portal,
después del amanecer con la corola de una palabra alerta.

Sí,
tu cuerpo que amó las branquias se abre en flor y no miente.

Ya no pretendo mar
ni querubín rojo
ni sangre.

Sólo esos fuegos que en el azul sorprenden su ceniza,
sólo las astas de un toro que en su blancor
rozan la parte oscura del espejismo.

¿Eras el maquillaje, la duda del perdón y su éxtasis?

Noviembre acude con llagas en las manos,
ya ves en que acaba el disfraz de las horas.

He vuelto a tu rombo con la caridad del tiempo impronunciable.

¿Hacia dónde tu equis, espiga de humo,
hábil diadema de los espejos?

No existe doctrina, créeme,
en este mapa de semáforos donde el color juega
su trampa de viernes.

Hola Ramón.

Sólo esos fuegos que en el azul sorprenden su ceniza,
sólo las astas de un toro que en su blancor
rozan la parte oscura del espejismo.

Siempre me sorprenden (y ya no debería sorprenderme) las hermosa imágenes de tus versos, la profundidad del mensaje y su conjunción con la palabra usada.
Un excelente poema, algo a lo que ya nos tienes acostumbrados.
Abrazos.
Mario.

Hola mago,

Ya no pretendo mar
ni querubín rojo
ni sangre.

Con tu permiso me lo robo... y gracias por seguir haciéndome disfrutar.

Un beso,

Carmen

Mario Martínez escribió:Hola Ramón.

Sólo esos fuegos que en el azul sorprenden su ceniza,
sólo las astas de un toro que en su blancor
rozan la parte oscura del espejismo.

Siempre me sorprenden (y ya no debería sorprenderme) las hermosa imágenes de tus versos, la profundidad del mensaje y su conjunción con la palabra usada.
Un excelente poema, algo a lo que ya nos tienes acostumbrados.
Abrazos.
Mario.

Gracias, Mario, por tu amable comentario. Un fuerte abrazo.

Estupendo poema.

Saludos

carmen iglesia escribió:Hola mago,

Ya no pretendo mar
ni querubín rojo
ni sangre.

Con tu permiso me lo robo... y gracias por seguir haciéndome disfrutar.

Un beso,

Carmen

jajaja..claro que tienes permiso. Gracias a ti, Carmen, por leerme y comentar. Besotes.

Bismark Estrada escribió:Estupendo poema.

Saludos

Gracias, Bismarck, por esas palabras que me dejas. Un saludo cordial.

Elegante el tratamiento que das al tema. Lleva tu sello, tu estigma. Lleva la calidad en cada verso.
Con admiración siempre.
Un abrazo, Ramón.
J. manuel

José Manuel Sáiz escribió:Elegante el tratamiento que das al tema. Lleva tu sello, tu estigma. Lleva la calidad en cada verso.
Con admiración siempre.
Un abrazo, Ramón.
J. manuel

Gracias, José Manuel, por tu amable comentario. Un abrazo.

Como siempre un disfrute pasar por tus versos
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Como siempre un disfrute pasar por tus versos
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar, por tu visita y comentario. Un abrazo.

¿Hacia dónde tu equis, espiga de humo,
hábil diadema de los espejos?


Bueno, resulta siempre un placer que cuelgues un nuevo poema, y máxime si podemos disfrutar de versos como los que destaco.

En este poema, en uso de la libertad de interpretación que tu estilo nos permite, he recordado el mito de Pasífae.

En cualquier caso, gracias por compartirlo, Ramón.

Juan Fionello escribió:¿Hacia dónde tu equis, espiga de humo,
hábil diadema de los espejos?


Bueno, resulta siempre un placer que cuelgues un nuevo poema, y máxime si podemos disfrutar de versos como los que destaco.

En este poema, en uso de la libertad de interpretación que tu estilo nos permite, he recordado el mito de Pasífae.

En cualquier caso, gracias por compartirlo, Ramón.

Gracias a ti, Juan, por leer y comentar mi poema. Un abrazo.

Como siempre tus poemas, tus imágenes tienen luz propia, esta vez asetaendo el deseo y sus circunstancias fortuitas y su oropel de satisfacciones.

Un placer de lectura, querido amigo.

Unha aperta.

J. J. M. Ferreiro escribió:Como siempre tus poemas, tus imágenes tienen luz propia, esta vez asetaendo el deseo y sus circunstancias fortuitas y su oropel de satisfacciones.

Un placer de lectura, querido amigo.

Unha aperta.

Muchas gracias, J.J., por tu amable comentario. Unha aperta, amigo.