Tomemos un vino
Publicado: Dom, 21 Feb 2010 0:56
Tomemos un vino en compañía del viento,
escuchando el trinar de los pájaros,
el chirriar de las bisagras
y las pisadas sobre hojas agrietadas de chocolate.
Bebámoslo sorbo a sorbo, con talante sereno,
dejando que las nubes adornen el lienzo del cielo,
los campos revoloteen su trigo
y las cañas de azúcar endulcen el paisaje.
Bebámoslo sin prisa,
casi como obligando al mundo a no correr,
a realizar continuas pausas
y, poco a poco, a detenerse.
Bebámoslo al amparo del silencio clandestino,
a la inocencia contenida en cada una de las palabras no escuchadas,
a cada trago arraigado a la garganta,
a la estirpe señorial de no sentirse huérfanos.
Bebámoslo a la par que oímos la sabiduría de sus palabras,
la elocuencia nunca acelerada de sus diálogos,
la ternura de sus ojos encarcelados desde el adiós
y al calor de los abrazos pintados con pincel de recuerdo y ausencia.
Bebámoslo como él solía,
con ese diminuto flequillo zigzagueando en su frente,
esa voz, apacible y calmada,
y el semblante de un ser orgulloso y humilde.
Bebámoslo en su honor, por su honor.
¡Va por ti, papá!
escuchando el trinar de los pájaros,
el chirriar de las bisagras
y las pisadas sobre hojas agrietadas de chocolate.
Bebámoslo sorbo a sorbo, con talante sereno,
dejando que las nubes adornen el lienzo del cielo,
los campos revoloteen su trigo
y las cañas de azúcar endulcen el paisaje.
Bebámoslo sin prisa,
casi como obligando al mundo a no correr,
a realizar continuas pausas
y, poco a poco, a detenerse.
Bebámoslo al amparo del silencio clandestino,
a la inocencia contenida en cada una de las palabras no escuchadas,
a cada trago arraigado a la garganta,
a la estirpe señorial de no sentirse huérfanos.
Bebámoslo a la par que oímos la sabiduría de sus palabras,
la elocuencia nunca acelerada de sus diálogos,
la ternura de sus ojos encarcelados desde el adiós
y al calor de los abrazos pintados con pincel de recuerdo y ausencia.
Bebámoslo como él solía,
con ese diminuto flequillo zigzagueando en su frente,
esa voz, apacible y calmada,
y el semblante de un ser orgulloso y humilde.
Bebámoslo en su honor, por su honor.
¡Va por ti, papá!