EL BUQUE
Publicado: Vie, 19 Feb 2010 17:32
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AGENCIA EFE: Algeciras (Cádiz), 30 ene 2010.- Los trabajos de rescate del buque mercante "Rhea", varado desde el jueves en una playa de Algeciras (Cádiz), han finalizado hoy a las 15:23 horas, según ha informado hoy la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras.
EL BUQUE
De repente el espanto.
¿Por qué le trataba así el mar?
Dios no es justo con el viejo; no comprende
el sueño del pescador.
Después de 50 años persiguiendo al pez
el deseo del hombre era envejecer mirando al mar. Su mar.
Y ahora ante sí el gran buque; varado como un pecio
frente a su ventana; ocultando el horizonte con su enorme
panza oscura.
Llegaron hombres -hombres de la mar- y otros buques.
Trajeron remolcadores, ingenieros; llegó el ejército.
Pero el gran barco decidió quedarse.
Un mes duró el espanto; casi treinta amaneceres. Demasiado tiempo para un viejo.
A veces Dios consigue comprender al Hombre empatizando con su pesar: la marea se llevó un día al gran buque de la playa.
Desde entonces ante sí el mar. El mar cada mañana.
El mar en su ventana. Sólo el mar. Su mar.
Dicen que los deseos de los hombres van a la deriva
y se comportan como caprichosos barquitos sin timón (por eso el filo de una angustia le arponea algunas veces
el pecho como a un pez). ¿Por qué le trataba así el mar?
Aquel viejo echaba en falta al gran buque en su corazón.
Y es que a menudo el hombre no es justo con Dios:
no comprende Su Comprensión…
…y Le confunde.
.
--oOo—
“Allá arriba, junto al camino, en su cabaña, el viejo dormía nuevamente. El viejo soñaba con los leones marinos” EL VIEJO y EL MAR. Ernest Hemingway
Nota: Tomado de una noticia televisiva reciente en la que un buque quedó encallado en una playa de Algeciras, frente a unas viviendas. Una de las personas perjudicadas (un anciano) puso una denuncia. Se quejaba amarga y vehementemente ante las cámaras de esa circunstancia (para después, suavizando el tono, decir que ya se estaba acostumbrando a ver al gran buque frente a su casa, y que incluso llegaría a echarle de menos cuando ya no estuviera allí).
Y es que algunas veces
no nos entiende... ¡ni Dios!.
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AGENCIA EFE: Algeciras (Cádiz), 30 ene 2010.- Los trabajos de rescate del buque mercante "Rhea", varado desde el jueves en una playa de Algeciras (Cádiz), han finalizado hoy a las 15:23 horas, según ha informado hoy la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras.
EL BUQUE
De repente el espanto.
¿Por qué le trataba así el mar?
Dios no es justo con el viejo; no comprende
el sueño del pescador.
Después de 50 años persiguiendo al pez
el deseo del hombre era envejecer mirando al mar. Su mar.
Y ahora ante sí el gran buque; varado como un pecio
frente a su ventana; ocultando el horizonte con su enorme
panza oscura.
Llegaron hombres -hombres de la mar- y otros buques.
Trajeron remolcadores, ingenieros; llegó el ejército.
Pero el gran barco decidió quedarse.
Un mes duró el espanto; casi treinta amaneceres. Demasiado tiempo para un viejo.
A veces Dios consigue comprender al Hombre empatizando con su pesar: la marea se llevó un día al gran buque de la playa.
Desde entonces ante sí el mar. El mar cada mañana.
El mar en su ventana. Sólo el mar. Su mar.
Dicen que los deseos de los hombres van a la deriva
y se comportan como caprichosos barquitos sin timón (por eso el filo de una angustia le arponea algunas veces
el pecho como a un pez). ¿Por qué le trataba así el mar?
Aquel viejo echaba en falta al gran buque en su corazón.
Y es que a menudo el hombre no es justo con Dios:
no comprende Su Comprensión…
…y Le confunde.
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“Allá arriba, junto al camino, en su cabaña, el viejo dormía nuevamente. El viejo soñaba con los leones marinos” EL VIEJO y EL MAR. Ernest Hemingway
Nota: Tomado de una noticia televisiva reciente en la que un buque quedó encallado en una playa de Algeciras, frente a unas viviendas. Una de las personas perjudicadas (un anciano) puso una denuncia. Se quejaba amarga y vehementemente ante las cámaras de esa circunstancia (para después, suavizando el tono, decir que ya se estaba acostumbrando a ver al gran buque frente a su casa, y que incluso llegaría a echarle de menos cuando ya no estuviera allí).
Y es que algunas veces
no nos entiende... ¡ni Dios!.
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