Editorial Alaire

Ella ve las visiones de los mundos
que cohabitan muy dentro de este mundo.

Extrema precauciones,
para que el ojo antiguo
se cierre por las noches.

Pero todo es inútil.
La realidad se torna
vertiginosa y ciertamente atroz.

Los delirios avanzan por relojes,
donde los demonios y los íncubos
pernoctan sin permiso.

Y una vibración,
arcaica como el aire,
de la respiración de las estrellas
se convierte en un pacto con el dios,
un cómplice de niebla y con la sangre
que en códigos cifrados
de números ocultos
permanece en el agua de los tiempos.

Ella conoce todos los enigmas
que duermen silenciosos en lo oscuro.

Olfatea el momento
con el instinto antiguo de las lobas.

Y degusta raíces
de plantas que provocan
una alucinación en el espejo.

Fricciona con las manos
las piedras
que producen la chispa
del fuego creador.

Se toma nuevamente
las gotas del antídoto
y amansa las imágenes del caos.

Ella es iris y pupila
que ve los universos sin censura.

Ella controla
la química de todas sus dendritas
y vuelve a generar un mundo armónico.



Ana Muela Sopeña

Anita, tu vocabulario es espectacular, cada verso, cada palabra tan cuidadosamente encadenada...

Me encantó.

Un beso, un placer leerte.

Ella es iris y pupila
que vive los universos sin censura

Ella...
ve las visiones de los mundos
que cohabitan muy dentro de este mundo


... y lo embruja con palabras. Eres magia pura, meiga.

Un abrazo
Manuel

Hola Ana.
Tiene razón Manuel, tu magia siempre sorprende, aunque te leamos mil veces siempre hay algo nuevo en tus palabras. Un verdadero placer, amiga mía. Abrazos.
Mario.

Ana Muela Sopeña escribió:Ella ve las visiones de los mundos
que cohabitan muy dentro de este mundo.

Extrema precauciones,
para que el ojo antiguo
se cierre por las noches.

Pero todo es inútil.
La realidad se torna
vertiginosa y ciertamente atroz.

Los delirios avanzan por relojes,
donde los demonios y los íncubos
pernoctan sin permiso.

Y una vibración,
arcaica como el aire,
de la respiración de las estrellas
se convierte en un pacto con el dios,
un cómplice de niebla y con la sangre
que en códigos cifrados
de números ocultos
permanece en el agua de los tiempos.

Ella conoce todos los enigmas
que duermen silenciosos en lo oscuro.

Olfatea el momento
con el instinto antiguo de las lobas.

Y degusta raíces
de plantas que provocan
una alucinación en el espejo.

Fricciona con las manos
las piedras
que producen la chispa
del fuego creador.

Se toma nuevamente
las gotas del antídoto
y amansa las imágenes del caos.

Ella es iris y pupila
que ve los universos sin censura.

Ella controla
la química de todas sus dendritas
y vuelve a generar un mundo armónico.



Ana Muela Sopeña

Alguien en un comentario te dijo que sos magia pura. Coincido, Ana, lo sos.

Besos y felicitaciones.

Daniela, es un placer verte entre mis versos.

Un abrazo grande
Ana

Ella y tenía que ser mujer, fémina y creadora como tú, como la belleza de estos versos. Me ha gustado mucho Manuela , un abrazo.

Visionario, con tus matices caracterísiticos, querida Ana.
Me encantó.

Saludos!

Leídos y disfrutados estos maravillosos versos,
Ha sido un placer para los ojos
Y una caricia para el alma su leerte poeta amiga.



Un besazo

Carmen

Manuel, me encanta verte entre mis versos.

Un beso
Ana

Mario, es un placer que te haya gustado.

Un besito
Ana

Aubriel, gracias por tus palabras tan generosas, amiga poeta.

Un beso enorme
Ana

Alejandra, es bello tu comentario y te lo agradezco mucho.

Un beso
Ana

Ana, estimada poeta:

En "Ella ve las visiones" pintas con suaves pinceladas
un mundo onírico que me recuerda los cuadros de
Remedios Varo. Te felicito desde el sur de México:
J u l i o .

Gracias, Marina, por tus palabras tan positivas.

Besitos, amiga
Ana