Editorial Alaire

Cada vez que pretendo asustar<xml><o></o>
a mi alma<o></o>
la obligo a que se comtemple<o></o>
frente a un espejo<o></o>
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Sin desviar la mirada a otro punto<o></o>
que no sea a admitir su obra<o></o>
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Nadie se ha mostrado tan compasivo conmigo<o></o>
como lo podría haber sido ella,<o></o>
eso hace que no nos debamos nada.<o></o>
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A partir de ahora, cuerpo y alma,<o></o>
viajaran separados<o></o>
sin hablarse, sin saber del otro<o></o>
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Mi cuerpo ya acompaño, como disfraz<o></o>
de mi alma, a esta en su lenta agonía.<o></o>
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Para cuando lo encuentren, <o></o>
consumido como una piñata usada,<o></o>
por su aspecto vació<o></o>
como el de un pellejo seco,<o></o>
sabrán que mi alma murió<o></o>
mientras estaba aun vivo<o></o>
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Que el dolor fue tan inmenso<o></o>
que fue lo único que me mantuvo <o></o>
sintiendo y llevar la cuenta<o></o>
de cada latido<o></o>
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Un poema desgarrador, Oscar, lo rescato de las profundidades para que todos puedan disfrutarlo.
Un abrazo

Sara