Tu regalo
Escribiendo en el cielo, la esperanza
de pan para el espíritu y el cuerpo,
se engancha, con dulces palabras, a una estrella;
y con verdes rejas vencidas de año nuevo
se baña con el licor de su mirada.
Cuando la lluvia de nombres, joyas de luz
encendidas que abren el cerrojo del día
se deshojan los minutos en el árbol
de la tristeza colgada, y la memoria
brilla con la sortija de oro
en fiesta de sombras y vacíos enterrados.
Aquí los regalos en llama de espinas
y cenizas en el borde amargo sin sangre
con una lámpara presente y azul y sin peligro:
vuelve su gloria en racimos
como alimento de raíces vivas, tu vestido.
Y giran los años con amigos
en el trabajo diario fortificante,
se oye el recuerdo, y cantan y ríen
con el olor de los caminos, tu voz respirando.
Y la bestia suicida apaciguada
con su mal de águilas con alas caídas
sin mensaje de piedras y viento,
sin palomas en sacrificio,
con su espalda en flores, tu justicia.
Y el amor en brazos tuyos recordados
en boca de corazones en primavera eterna,
templo de luz y fe en plenitud y corona,
tranquilidad al volante y con una antorcha de paz
viviremos; tu regalo.
