Editorial Alaire

Y el hombre cree en su dios....
Vicente Gallego.


Amor de Ti nos quema, blanca Hostia,
como escribió Unamuno,
por el carro de fuego arrebatado
y el polvo del camino.

¿A dónde te escondiste, Amado?
Fray Juan de Yepes, víctima de su celo
más ardiente, se le entregaba en vida,
en deseos de amores, de auroras perfumadas.

Y cree el hombre en su dios
y a diario le reza,
se santigua, se signa y se persigna,
o le levanta templos,
Sagrados Corazones de Jesús y María,
agudos minaretes en la Arabia
o la pagoda alada en el lejano Oriente.

Mientras, siguen creciendo
los millones de niños que viven en el Ganges,
y son menos que vacas,
y valen menos que los sagrados bóvidos,
intangibles las formas, que tienen su alimento.

Y cree el hombre en su dios,
pero desprecia al prójimo que llora,
al débil que se hunde en esta esfera
y a la mujer que alumbra
sobre la estera estéril de los suelos quebrados.

Muy bueno, Juan. Son las paradojas que inundan nuestro mundo. Y...¿cómo se sale de aquí?

Un poema genial en fondo y forma.

Enhorabuena
Un beso
Ana

ANA MUELA: Veo que tenía pendiente la respuesta: muchas gracias por la valoración que haces del poema. Procuro no caer en la poesía que es sólo armonía de las voces, pero carente de letra. Un abrazo.

Es un poema que se merece más lecturas.. Me gustó sobre todo la segunda parte en cuanto a forma, en cuanto a contenido, qué decir, que merece la pena leerlo.

Un placer,

Carmen

estoy de acuerdo cn Carmen, es un gran poema y se merece más lecturas.

Saludos

Profunda y bellamente triste y cierto. Hace tiempo que no te leía Javier y comienzo con el pié derecho con esta develación de tu "hoy poesía". Me ha gustado muchísimo, sobre todo la última estrofa me parece un cierre muy bueno.
Que alegría estar aquí de nuevo. Te3 mando un gran abrazo.

Un magnífico poema que respira la realidad en que vivimos. Yo amo a Dios, y a Él le rezo a diario, dando gracias por amanecer, pero sí debo pensar más, tú me has hecho meditar, en cuántos no nacen o están muriendo de muchas cosas... Un gran poema.

Te felicito y te envío un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

CARMEN IGLESIAS: He podido volver hoy por estos fueros y te contesto: Muchas gracias por la opinión que tienes de mis versos. Además tienes razón, aunque en las primeras estrofas voy preparando el tema, como ya has visto. Un beso y suerte.

ISRAEL LIÑAN: Aunque un poco tarde, muchas gracias., Espero ir leyéndote. Pero siempre manda el tiempo. Con afecto.

ALAJANDRA GOERNE. Te agradezco tu mensaje y la opinión tan favorable que haces de mi poema. A veces hay que decir las verdades del barquero, aunque duela o no sea políticamente correcto. Un beso y hasta pronto.

JOSÉ MAUEL FEBLES. Dejando aparte la cuestión de Dios, que yo respeto profundamente, quiero decir que muchas veces en nombre de un dios se hacen barbaridades o salvajadas, desde los antiguos sacrificios humanos hasta las guerras de religión o el terrorismo de nuestros días. En fin. Gracias por tu mensaje. Un abrazo.

Hola Juan.
Hablar del desequilibrio que existe en este mundo y en el que todos estamos sumergidos y del que todos somos responsables no es fácil.
Me gusta este poema, me gusta mucho como poema por lo directo y claro que es asi como por la sacudida que supone leer que alguién piesna como tu. Quizás entre todos deberiamos hacer más...

Un placer doloroso leer este poema Juan. Y gracias por despertar mi consciencia esta fría mañana de domingo

Nos vemos en el siguiente poema

Un afectuoso abrazo desde Barcelona

Joan

"Y cree el hombre en su dios,
pero desprecia al prójimo que llora,
al débil que se hunde en esta esfera
y a la mujer que alumbra
sobre la estera estéril de los suelos quebrados."

Me ha gustado mucho la fuerza enorme de este final, Juan. Todo el poema es intuitivo y consciente, ineludible como nosotros mismos...

Felicitaciones y un abrazo,

Hallie

Hola Juan, me gustó sobre todo:

Mientras, siguen creciendo
los millones de niños que viven en el Ganges,
y son menos que vacas,
y valen menos que los sagrados bóvidos,
intangibles las formas, que tienen su alimento.

Y cree el hombre en su dios,
pero desprecia al prójimo que llora,
al débil que se hunde en esta esfera
y a la mujer que alumbra
sobre la estera estéril de los suelos quebrados.

Tiene más fuerza que la primera parte. Un placer leerte. Abrazos.
Mario.

HALLIE HERNÁNDEZ: Perdona que te conteste con tanto retraso: me había despistado. Sí, la primera parte es como más histórica y la segunda más realista. Te agradezco el mensaje. Un abrazo.