Editorial Alaire

que si a tal me habrás visto disparando
acodado en el cieno

y al hilo, babeas, olfateas, tiendes lazo
como fanal en cristo, que muere y resucita

por tí llevo mis muertos a beber
lívido fénix

transitándome de púas el coraje
me robas mansedumbre

sombra a mi nevero
pan para mis pájaros

eres, qué remedio

pero al cabo, tan sólo estás con vida
si me lleno de sed
si no apago la lámpara

federico,

me encantó este poema surrealista tintado de ironía por los cuatro costados

transitándome de púas el coraje
me robas mansedumbre

un besazo........Pilar

Un abrazo, Pilar. Este me gusta a mí también, para variar

Bicos.

f.-

Hacía tiempo que no te leía. Siento que has evolucionado mucho, que este poema está más allá de lo común, por lo que lo puntúo alto. Un abrazo.

Un poema con la especial personalidad poética de Federico Ruibal.... si ya se sabe... los federicos.

Un fuerte abrazo

Francisco, encantado de tenerte por aquí. Un fuerte abrazo.

Federico.-

Caramba. Condenados federicos. Hay abuelos que son como una estrella polar.

Avancemos, JJ.

Un abrazo.-

Algo surrealista si que es el poema pero la verdad que hechiza. Los últimos versos son extraordinarios. Unha aperta desde Coruña.

Un jugar con imágenes. No estoy interesado en narrar nada, sino en forjar una atmósfera, no sé.

Un abrazo, Ramón.

Federico.-

Federico, todo tu poema me parece magnífico, pero destaco estos versos
"transitándome de púas el coraje
me robas mansedumbre "
Un equilibrio total de tu poesía, dulce y amargo suena todo. Me gustó mucho. Saludos.

Intentando desplegar las alas...

Un abrazo, Alejandra.

F.-

Pues logras eso,Federico, formas una atmosfera en la que respiramos algo innovador, refrescante.

Abrazos,
ERA

federico ruibal escribió:que si a tal me habrás visto disparando
acodado en el cieno

y al hilo, babeas, olfateas, tiendes lazo
como fanal en cristo, que muere y resucita

por tí llevo mis muertos a beber
lívido fénix

transitándome de púas el coraje
me robas mansedumbre

sombra a mi nevero
pan para mis pájaros

eres, qué remedio

pero al cabo, tan sólo estás con vida
si me lleno de sed
si no apago la lámpara

Tesoro de la biblioteca Alaire.

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