Hay de aquel que no sepa estrechar las manos
Publicado: Dom, 17 Ene 2010 20:39
Hay de aquel que no sepa estrechar las manos,
no existirán racimos de color lila,
y los mares quedarán bordados a sus fuertes tormentas.
No visitarán las alondras a los ojos llorosos
mientras los pañuelos se encuentren escondidos en los bolsillos.
Hay de aquel que no lo entienda,
que no recapacite con cada sensación que padezca,
el cielo,
se le oscurecerá un día de sol insaciable,
las flores,
dejarán de pintar nuestros respirares,
y los temblores,
no serán simples terremotos,
y sí, frías alucinaciones atadas a la droga de la vida.
Las venas, casi heridas y amoratadas,
intentarán remontar el vuelo de un ser convertido en fénix terminar,
las jarras,
no guardaran ya agua sin contaminar,
y por esos lares,
el fuego no será capaz de dar el calor reclamado.
¿Quién será entonces capaz de dormir con los ojos cerrados?
¿quién descansará mientras busca la paz?
Hay de aquel que no sepa estrechar las manos,
sus abrazos se convertirán en piel de erizo,
y el corazón,
un mero vagabundo en tierra de nadie.
Todo,
por no fusionar el rastro de diez dedos,
con la paz que alimenta el amor vestido de incógnito.
no existirán racimos de color lila,
y los mares quedarán bordados a sus fuertes tormentas.
No visitarán las alondras a los ojos llorosos
mientras los pañuelos se encuentren escondidos en los bolsillos.
Hay de aquel que no lo entienda,
que no recapacite con cada sensación que padezca,
el cielo,
se le oscurecerá un día de sol insaciable,
las flores,
dejarán de pintar nuestros respirares,
y los temblores,
no serán simples terremotos,
y sí, frías alucinaciones atadas a la droga de la vida.
Las venas, casi heridas y amoratadas,
intentarán remontar el vuelo de un ser convertido en fénix terminar,
las jarras,
no guardaran ya agua sin contaminar,
y por esos lares,
el fuego no será capaz de dar el calor reclamado.
¿Quién será entonces capaz de dormir con los ojos cerrados?
¿quién descansará mientras busca la paz?
Hay de aquel que no sepa estrechar las manos,
sus abrazos se convertirán en piel de erizo,
y el corazón,
un mero vagabundo en tierra de nadie.
Todo,
por no fusionar el rastro de diez dedos,
con la paz que alimenta el amor vestido de incógnito.