Editorial Alaire

He buscado tu voz en la tormenta,
en el rumor del mar, a ras de viento,
en el eco estelar del firmamento,
en el trino del ave que se inventa

la fe de su volar. Busqué tu atenta
palabra en la del niño y su contento,
en el sordo gritar del sufrimiento,
en todo lo que en Ti se representa.

Y nunca la encontré. Tal pareciera
que me he quedado sordo y no consigo
tu Verbo oír. Será que al exterior

hay tanto ruido haciendo de barrera
que no logro Señor hablar contigo.
Quizá deba buscarte en mi interior.



Mario

Parece ser que, al final, las preguntas y las respuestas se quedan de este lado más humano de la vida, amigo Mario. La búsqueda de ayuda casi siempre encuentra más éxito entre nuestros iguales que entre los seres que pueblan la imaginación de nuestros cielos. El poema, un soneto de exquisita factura, con encabalgamientos muy meritorios, incluídos los que enlazan los cuartetos y los tercetos entre sí, está bellamente tratado y contado; resulta agradablemente eufónico y la lectura se hace sin trabas, con esa naturalidad que acostumbras a imprimir a tus creaciones y que te caracteriza. Aplausos.
Salud.

el primer verso metafísico total, me lo llevaría puesto

y como tu mismo, pienso que solemos buscar en el sitio equivodo

lo dices con la maestría que es notoria a través de la rotundidad de un soneto

mi aplauso compañero



.

Me encantó el soneto. Te han dicho todo, y tan bien, que ya me sobran las palabras.
Abrazos
Pilar

Arrimando el agua a mi molino, amigo Mario, diría que la "moraleja" o enseñanza de tu soneto es que dios no existe, aunque me temo que no es esa la intención con que lo escribiste. ¿Alma o conciencia? Ambos se podrían entender como sinónimos, aunque incluso yo, que no soy creyente, le otorgo en mis poemas al "alma" un cierto carácter inefable que supera el concepto de conciencia.

Bueno, enhorabuena por el soneto y un abrazo,

Esteban

Mario Martínez,

Magnífico, querido amigo

magnífico

Como todo lo que escribes


Un abrazo fuerte

Un soneto clásico precioso, Mario.

Siempre he admirado tu capacidad como sonetista y aquí se pone de manifiesto ampliamente.

Sencillez, fluidez, misticismo y altura poética en tus versos.

Un placer.

Enhorabuena
Un abrazo
Ana

Hola Julio, amigo mío.
Ya sabes que yo tampoco soy demasiado religioso, quizá sea por eso que cuando toco estos trascendentales temas me salen más o menos decentes
Me alegra que te gustase, pertenece a "Encuentros", la Antología publicada por "Los Amigos de la Poesía" y que creo tienes.
Un abrazo.
Mario.

Mucho me temo que en las altas esferas están algo ocupados y comunican. Pero tal vez lo importante no sea la voz, sino la búsqueda de su eco. Y eso, ya sabes bien donde hacerlo.
Por supuesto, un excelente soneto que he disfrutado.

Un abrazo.

Qué bella sensación me ha dejado esta lectura. Saludos Mario

Mario: Sigue en esa busqueda interior.
javier

Es indudable el dominio que tienes del soneto. Un placer la lectura. Un abrazo.

Gracias Alonso.
Creo que en realidad nunca sabré buscar, quizá porque muchas veces pienso que no hay.
Me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo, compañero.
Mario.

Mario Martínez escribió:He buscado tu voz en la tormenta,
en el rumor del mar, a ras de viento,
en el eco estelar del firmamento,
en el trino del ave que se inventa

la fe de su volar. Busqué tu atenta
palabra en la del niño y su contento,
en el sordo gritar del sufrimiento,
en todo lo que en Ti se representa.

Y nunca la encontré. Tal pareciera
que me he quedado sordo y no consigo
tu Verbo oír. Será que al exterior

hay tanto ruido haciendo de barrera
que no logro Señor hablar contigo.
Quizá deba buscarte en mi interior.



Mario

... Mario, poema sabio, amigo, pues al decir de los que ha parecido que saben o han sabido acerca del tema, únicamente buscando en el interior es que se podrá hallar al que buscas...; un soneto de honor y valor,amigo; saludos; Orión

Gracias Pilar, sabes en cuanto estimo tus comentarios y amistad. Un abrazo.
Mario.