NUNCA EXISTIRA LA OTRA PENUMBRA
Publicado: Sab, 09 Ene 2010 4:21
Nunca existirá la otra penumbra
( Este es un testimonio de mi otro dolor)
Hay un incendio en mi alma, profundo infierno de los demonios.
Palpita el llanto enloquecido por los versos apócrifos.
Ya no me importa vivir, ni sentir, ni llorar.
El mar me asalta en su soledad su furia
dormido llanto de los crepúsculos azules.
No me sostiene ni el sol palpitando en un corazón.
Se fusiona la sangre suicida de los ríos secretos.
Estoy muerto, maldecido por los astros implacables.
Yo no soy poeta, ni hombre ni eternidad,
no soy ni el minúsculo beso herido impenetrable.
Grito a los dioses esta balada implacable
ausente de todas las palabras existentes.
Hay un cosmos maltratado en el jardín perdido de mis sombras.
Mi boca toca el filo herido por los espectros,
siento la maldad saliente de mis venas
porque soy así cuando en soledad miro manos.
¿Que testimonio errante he de exclamar cuando estoy solemne,
cuando ni una gota de lluvia cae en mi cara ?
¿ Por que existe la gruta en ese limítrofe paso por esta vida?
¿ Pero quien se atreverá a decirme mis palabras
sobre otras palabras o miradas olvidadas?
Pero no, no he de permitir que la guerra siga,
que el llanto termine con los espejos en la niebla,
porque nunca existirá la otra penumbra
para besar esos tiempos del adiós en adiós.
JAVIER DICENZO
( Este es un testimonio de mi otro dolor)
Hay un incendio en mi alma, profundo infierno de los demonios.
Palpita el llanto enloquecido por los versos apócrifos.
Ya no me importa vivir, ni sentir, ni llorar.
El mar me asalta en su soledad su furia
dormido llanto de los crepúsculos azules.
No me sostiene ni el sol palpitando en un corazón.
Se fusiona la sangre suicida de los ríos secretos.
Estoy muerto, maldecido por los astros implacables.
Yo no soy poeta, ni hombre ni eternidad,
no soy ni el minúsculo beso herido impenetrable.
Grito a los dioses esta balada implacable
ausente de todas las palabras existentes.
Hay un cosmos maltratado en el jardín perdido de mis sombras.
Mi boca toca el filo herido por los espectros,
siento la maldad saliente de mis venas
porque soy así cuando en soledad miro manos.
¿Que testimonio errante he de exclamar cuando estoy solemne,
cuando ni una gota de lluvia cae en mi cara ?
¿ Por que existe la gruta en ese limítrofe paso por esta vida?
¿ Pero quien se atreverá a decirme mis palabras
sobre otras palabras o miradas olvidadas?
Pero no, no he de permitir que la guerra siga,
que el llanto termine con los espejos en la niebla,
porque nunca existirá la otra penumbra
para besar esos tiempos del adiós en adiós.
JAVIER DICENZO