La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Ramón Carballal escribió: ↑Mar, 05 Ene 2010 16:44
Hoy he visto el crepúsculo en tu ventana rosada.
Y no tengo memoria, ni amapolas ni vértices
que amen el blanco.
Se asoma tu cuello y lo atrapa la luz.
Hablas con un guiño de piel en los labios
como quien empuja su noche hacia el delirio.
Recuerdo el vestido, teñido en lunares,
el vuelo de los insectos bajo tu esmeralda de hojas.
Nunca habló tu hemisferio ni entendí el rubio acento
que llega o no llega.
Este es uno más de los perdurables poemas que has escrito, apreciado compañero. Rescato el dominio de la expresión, del lenguaje y del ritmo, para atrapar el sentimiento que te produce la observación de tal realidad. Una delicada ternura envuelve a esta hermosa obra poética.
Un abrazo de empatía.
Óscar
La compasión es la manifestación civilizada del desprecio.
Ramón Carballal escribió: ↑Mar, 05 Ene 2010 16:44
Hoy he visto el crepúsculo en tu ventana rosada.
Y no tengo memoria, ni amapolas ni vértices
que amen el blanco.
Se asoma tu cuello y lo atrapa la luz.
Hablas con un guiño de piel en los labios
como quien empuja su noche hacia el delirio.
Recuerdo el vestido, teñido en lunares,
el vuelo de los insectos bajo tu esmeralda de hojas.
Nunca habló tu hemisferio ni entendí el rubio acento
que llega o no llega.
Este es uno más de los perdurables poemas que has escrito, apreciado compañero. Rescato el dominio de la expresión, del lenguaje y del ritmo, para atrapar el sentimiento que te produce la observación de tal realidad. Una delicada ternura envuelve a esta hermosa obra poética.