Editorial Alaire

No me asustan las piedras del camino
porque sigo tu estela de ola blanca
orientando mis blandos girasoles;
porque apago las arenas del miedo
con la cal que me brinda tu recuerdo;
porque a pesar de heridas y de insomnios
me brillan los cristales
en el istmo cegado de las sienes;
porque en mi soledad de sangre y fuego
donde arden los eclipses
una estrella buida de ternura
ya riela en los espejos de mi pecho.
No se clavan ni el hueso ni la espina
en el vientre que alberga la memoria:
En el único norte que se atisba
sólo habitan los ecos de tu vuelo.
*Andros

"porque a pesar de heridas y de insomnios
me brillan los cristales
en el istmo cegado de las sienes"



Me quedo con esta estrofa, quizá porque sea el corazón de este poema que deja un grito alzado en la memoria tras los ecos de tu vuelo, José Luis.

Un placer la lectura de tus versos.

Un abrazo
Manuel

Gracias Manuel por tu visita y amable comentario

Un cordial abrazo.

"No se clavan ni el hueso ni la espina
en el vientre que alberga la memoria:
En el único norte que se atisba
sólo habitan los ecos de tu vuelo."


Un final hermoso y apabullante, José Luis!

Enhorabuena y aplausos.

Hallie

Gracias poeta por tu generoso y estimado comentario

Valoro mucho tu apreciación dada tu gran calidad versal

Un cordial abrazo y FELIZ AÑO.

Eres muy amable Hallie

Agradezco mucho tus palabras

Un abrazo.

Hermoso poema de amor y esperanza
Abrazos
Pilar

Muchas gracias Pilar por tus palabras

Te deseo un año nuevo lleno de venturas

Abrazos cordiales.