UNA ESCENA URBANA
Publicado: Dom, 20 Dic 2009 14:33
Vi ayer a una anciana sentada en una banca de cemento
La ví desde el fondo de una verdad desnuda
colgada la mirada del hueco de una ventana de cuarto piso
La anciana jugaba con un perro
o quizá con una perra -es difícil distinguir el sexo de los perros
sin olfato de perro
y más a la distancia y a la altura-
El perro o la perra jugaba con la anciana
Una vara y una minúscula pelota hacían de medio de lenguaje y se entendían
La anciana tomaba la pelotita con el extremo de la vara
y la lanzaba al aire en un movimiento ágil
que era seguido por la carrera ceremoniosa de su perro o perra en pos de la pelota
Luego el perro o la perra regresaba a saltitos orgullosos con la pelota en el hocico
se echaba debajo de la banca de cemento y esperaba
Soltaba la pelota y esperaba
La anciana jugaba a no darse cuenta
y el perro o perra jugaba a que se diera cuenta con un pequeño y nervioso ladridito
La anciana entonces bajaba la mirada piadosa en busca de la esfera minúscula
y la escena de la pelotita surcando el espacio
y del perro o perra en pos de ella
se repetía como una ceremonia
Yo la veía y Liz la veía
porque llamé la atención a Liz sobre la escena
y ambos la veíamos maravillados
Ella por lo mucho que le encantan los perros
sobre todo los de razas pequeñas
que los hacen perfectas compañías para los fantasmas de la soledad
Yo porque no teniendo inspiración
me conformo con la prosaica compañía de la escena tierna y dulce
de una anciana jugando con su perro o perra en un parque casi en ruinas
lleno de basura y hojas caídas de los árboles
sentada a la sombra de eucaliptos y de pinos tan viejos como ella
sobre una banca de cemento gris y estéril
que me recuerda que el mundo es muy viejo también
y gris y estéril como una banca de cemento
y que no tiene ya remedio.
La ví desde el fondo de una verdad desnuda
colgada la mirada del hueco de una ventana de cuarto piso
La anciana jugaba con un perro
o quizá con una perra -es difícil distinguir el sexo de los perros
sin olfato de perro
y más a la distancia y a la altura-
El perro o la perra jugaba con la anciana
Una vara y una minúscula pelota hacían de medio de lenguaje y se entendían
La anciana tomaba la pelotita con el extremo de la vara
y la lanzaba al aire en un movimiento ágil
que era seguido por la carrera ceremoniosa de su perro o perra en pos de la pelota
Luego el perro o la perra regresaba a saltitos orgullosos con la pelota en el hocico
se echaba debajo de la banca de cemento y esperaba
Soltaba la pelota y esperaba
La anciana jugaba a no darse cuenta
y el perro o perra jugaba a que se diera cuenta con un pequeño y nervioso ladridito
La anciana entonces bajaba la mirada piadosa en busca de la esfera minúscula
y la escena de la pelotita surcando el espacio
y del perro o perra en pos de ella
se repetía como una ceremonia
Yo la veía y Liz la veía
porque llamé la atención a Liz sobre la escena
y ambos la veíamos maravillados
Ella por lo mucho que le encantan los perros
sobre todo los de razas pequeñas
que los hacen perfectas compañías para los fantasmas de la soledad
Yo porque no teniendo inspiración
me conformo con la prosaica compañía de la escena tierna y dulce
de una anciana jugando con su perro o perra en un parque casi en ruinas
lleno de basura y hojas caídas de los árboles
sentada a la sombra de eucaliptos y de pinos tan viejos como ella
sobre una banca de cemento gris y estéril
que me recuerda que el mundo es muy viejo también
y gris y estéril como una banca de cemento
y que no tiene ya remedio.