Editorial Alaire

Mario Martínez escribió:Quizá ya no nos quede capacidad de asombro,
ni indignación, ni rabia, ni palabras siquiera.
Quizá se hizo tan duro nuestro interior que todo
nos resbala sin huella sobre la piel curtida
de un corazón que luce vestidura de acero.
Inmunes al espanto nuestros sentidos cierran
los ojos a la infamia, al llanto, la miseria,
a la maldad que el hombre descarga sobre el hombre,
al odio de unos pocos para encender la guerra.
Quizá no hay sentimientos que afloren en nosotros
y se haya encallecido nuestra común conciencia
a fuerza de escucharlo, de verlo, de sentirlo,
de acumular noticias y comulgar vivencias.
La gota permanente de información no horada
la piedra de la pena, la oscurecida lágrima,
porque cubrimos todo de sordo escepticismo
y sembramos silencios donde la calma truena.

Quizá nos haga falta desnudar egoísmos
y humanizar un poco esta febril locura,
este mísero instante al que llamamos vida.


... cuando hasta la mala muerte se convierte en algo ordinario, nuestra conciencia se tupe de tal manera que se hace insensible a cualquier trance de dolor ajeno; tu canto, Mario, llega bien a en estos momentos en que, efectivamente, cada cual parece que sólo contara los dedos de sus manos para vivir; un saludo, compañero; Orión



Mario.