Editorial Alaire

No somos en la sombra las que duermen
sumidas en la niebla del destino.

Parecemos hermanas en la alquimia
de las rosas atávicas de bruma.

Iniciamos la ruta
hacia umbrales de ónix y zafiros,
donde las sílabas del mundo
se desplazan por vías de silencio.

No somos portadoras de los círculos
del tiempo consagrado a los abismos.

Seducimos al cáliz
y la espada
en los reinos de lirios
traicionados.

Avivamos el fuego de los símbolos
con pétalos de lluvia,
en el húmedo vientre de la diosa
que cubre con su manto nuestro pánico.

Y vamos avanzando con la luna
hacia lugares libres de orfandad,
con mariposas blancas
que cuidan nuestro intento
entre los arquetipos de la herida.

Portamos jeroglíficos de algas
y piedras subterráneas de belleza,
para vencer al monstruo que en lo oculto
habita al otro lado del espejo.



Ana Muela Sopeña

Interesantes imágenes amiga. Saludos cordiales.

En tu línea siempre Ana. Personal e intransferible y obviamente con sugerente estética literaria. O sea, que el poema lo disfruté leyendo

saludos

raf

Hermoso poema, querida amiga Ana, trufado de imágenes sugerentes, pulcritud métrica y belleza literaria, que ha sido un placer leerte.
Felicidades, colega.
Un fuerte abrazo.

Gracias, Rolando, por pasar y dejar tu huella.

Un abrazo grande
Ana

Hermoso poema, Ana, donde se muestra irrefrenable un camino que venza la sombra. Un placer
Abrazos
Pilar

Me agrada la serenidad y sencillez de tu propuesta, Ana. Interesante y bello. Saludos cordiales.

Absolutamente mágico. Como tú, Ana.

Un placer sumergirse en el embrujo de tus versos.

Un abrazo
Manuel

Rafael, gracias por pasar y por brindarme tus amables palabras.

Un abrazo
Ana

Gracias, Rafael, por tus palabras tan efusivas.

Un abrazo fuerte
Ana

Pilar, gracias por tus palabras.

Un beso
Ana

Hola Ana


Iniciamos la ruta
hacia umbrales de ónix y zafiros,
donde las sílabas del mundo
se desplazan por vías de silencio.

Destaco esta estrofa, amiga mía, porque no es tu caso, tus palabras no van por vías de silencios.
Como siempre expléndido poema trufado de imágenes y sensaciones. Un placer. Abrazos.
Mario.

Gracias, Marina, por pasar y dejarme tus palabras tan positivas.

Un abrazo grande
Ana

Avivamos el fuego de los símbolos
con pétalos de lluvia,
en el húmedo vientre de la diosa
que cubre con su manto nuestro pánico.

Y vamos avanzando con la luna
hacia lugares libres de orfandad,
con mariposas blancas
que cuidan nuestro intento
entre los arquetipos de la herida.

Portamos jeroglíficos de algas
y piedras subterráneas de belleza,
para vencer al monstruo que en lo oculto
habita al otro lado del espejo.

Quizá el mejor poema que te he leído, querida amiga; sus versos son mágicos, las imágenes conjuran el misterio de lo que nombran y todo al final se impregna de una belleza antigua, oculta, cómplice de todos los seres humanos.

Bicos

ANA MUELA: Gracias por tu poema, que nos recuerda nuestra tarea principal: vencer al monstruo que habita al otro lado del espejo. Muy hermosa esa ambición, muy rico el poema. Un abrazo.