EN UNA PALABRA...LLUEVE (extendido)
Publicado: Dom, 06 Dic 2009 22:38
Llueve…
En este afanoso otoño
la ventisca sucede al espejismo,
convocando a la íntima llamada del letargo,
y una confesión impresa
incardina el naciente yacimiento de la bruma.
Llueve...
Sobre la efigie interior de mi yo más repudiado,
dialéctica febril de violentas turbulencias.
Sobre los árboles muertos con sus troncos carcomidos
y el crujido inconmovible del vano de sus entrañas.
Sobre el adusto zarzal
en los campos malheridos por el flamígero estiaje.
Sobre el alambre de espino y su profusión de uñas
como protervo ornamento que cercan mi soledad.
Sobre el silente encinar en secular soliloquio
de gravedad circunspecta.
Sobre mares sumergidos bajo médanos de sal
de indescifrables desiertos.
Sobre una espalda encorvada
desollada por el peso con que se revela el tiempo.
Sobre el trance de buscar los insondables dominios
donde se fragua la intriga de una verdad siempre esquiva.
Llueve…
Sobre caminos de vuelta donde regresa el sudor,
la derrota y el cansancio.
Sobre viejas enlutadas ocultas en la endeblez
de su exiguo patrimonio.
Sobre el paisaje vacío de un extenso país en blanco
donde alojo mi aislamiento.
Sobre fatuos espejismos que engendra la realidad.
Sobre el farol de mi calle,
diseño fiel de la espera,
alumbrando la quietud de una inerte salamandria.
Sobre una revolución
y el delirio revelado
patrimonio de un pendejo.
Sobre el arbitrio del ser que da idioma a la fatiga.
Sobre un después quejumbroso de duda y remordimiento.
Llueve…
Sobre un mástil sin bandera.
Sobre el lecho sepulcral donde fermentan inviernos.
Sobre el delito de dios cuando inseminó lo humano.
Sobre manos agrietadas,
como el estigma infamante de quien fue desposeído
de mares de trigo y tierra.
Sobre el fuego del dragón confiscado por la fe.
Sobre el rostro desconchado de una vieja marioneta.
Sobre un perro ponzoñoso.
Llueve…
Sobre un pedazo de pan a lomos de cien hormigas.
Sobre el erial de unos sueños,
vestigio de una quimera sin barandal ni asidero.
Sobre un muerto en una esquina clavado en su jeringuilla,
con un fragmento de cielo gangrenándole su entraña.
Sobre un reflejo de luz de memoria jadeante.
Sobre la montaña invicta.
Sobre el rastro de las huellas
de unos presos que se fugan.
Sobre pupilas dormidas.
Sobre el final de la sed.
En una palabra…
l
l
u
e
v
e
.
.
.
Nésthor Olalla
En este afanoso otoño
la ventisca sucede al espejismo,
convocando a la íntima llamada del letargo,
y una confesión impresa
incardina el naciente yacimiento de la bruma.
Llueve...
Sobre la efigie interior de mi yo más repudiado,
dialéctica febril de violentas turbulencias.
Sobre los árboles muertos con sus troncos carcomidos
y el crujido inconmovible del vano de sus entrañas.
Sobre el adusto zarzal
en los campos malheridos por el flamígero estiaje.
Sobre el alambre de espino y su profusión de uñas
como protervo ornamento que cercan mi soledad.
Sobre el silente encinar en secular soliloquio
de gravedad circunspecta.
Sobre mares sumergidos bajo médanos de sal
de indescifrables desiertos.
Sobre una espalda encorvada
desollada por el peso con que se revela el tiempo.
Sobre el trance de buscar los insondables dominios
donde se fragua la intriga de una verdad siempre esquiva.
Llueve…
Sobre caminos de vuelta donde regresa el sudor,
la derrota y el cansancio.
Sobre viejas enlutadas ocultas en la endeblez
de su exiguo patrimonio.
Sobre el paisaje vacío de un extenso país en blanco
donde alojo mi aislamiento.
Sobre fatuos espejismos que engendra la realidad.
Sobre el farol de mi calle,
diseño fiel de la espera,
alumbrando la quietud de una inerte salamandria.
Sobre una revolución
y el delirio revelado
patrimonio de un pendejo.
Sobre el arbitrio del ser que da idioma a la fatiga.
Sobre un después quejumbroso de duda y remordimiento.
Llueve…
Sobre un mástil sin bandera.
Sobre el lecho sepulcral donde fermentan inviernos.
Sobre el delito de dios cuando inseminó lo humano.
Sobre manos agrietadas,
como el estigma infamante de quien fue desposeído
de mares de trigo y tierra.
Sobre el fuego del dragón confiscado por la fe.
Sobre el rostro desconchado de una vieja marioneta.
Sobre un perro ponzoñoso.
Llueve…
Sobre un pedazo de pan a lomos de cien hormigas.
Sobre el erial de unos sueños,
vestigio de una quimera sin barandal ni asidero.
Sobre un muerto en una esquina clavado en su jeringuilla,
con un fragmento de cielo gangrenándole su entraña.
Sobre un reflejo de luz de memoria jadeante.
Sobre la montaña invicta.
Sobre el rastro de las huellas
de unos presos que se fugan.
Sobre pupilas dormidas.
Sobre el final de la sed.
En una palabra…
l
l
u
e
v
e
.
.
.
Nésthor Olalla