Editorial Alaire

Se diluye mi niñez en el arco de tus cejas,
me resbalo adolescente en la niña de tus ojos
y los libros
doran polvo al hilo de tu sonrisa mientras pasea,
la brisa,
noventa años a lomos.

Díme padre . ¿me haces en tus brazos rosco?

Estoy tibia mientras llueven
rododendros y jazmines adormeciendo el silencio,
ese que se me troncha de nieve en la rama de los besos,
allí,
donde se acurruca el cielo.






(Hoy es tres de diciembre, San Francisco de Javier y cumpleaños de mi padre, hoy repito, pero cumpliría noventa y tres que te me fuiste al fin justito hace un año ¿eh Pepe?, te retomo el poema, mi corazón, para que lo grites a los luceros, te quiero, el mar, con quien tú nunca te llevaste muy bien, te manda una ola ¿Señor a quién habré salido yo tan coladita por Neptuno? Pêpe, que te quiero, te quiero y te quiero, felicidades)




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Qué bonito lo que escribes, y qué suerte que todavía puedas disfrutar de su presencia
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Qué bonito lo que escribes, y qué suerte que todavía puedas disfrutar de su presencia
Abrazos
Pilar

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No Pilar, ya no... desde el año pasado no, pero le sigo felicitando.
Besos

Que se me hace la boca nube y llovizna cocnha. Que es un poema extremadamente hermoso, y que el alma se acurruca a escuchar esos cuentos, donde no llega la muerte.

Dejo mi huella en tu palabra, que me trae a memoria mi padre, que nada sabía del mar, ni del sonido de sus olas.

Abrazos mujer, muchos abrazos-!!!!!!!!!!!!

"allí,
donde se acurruca el cielo."

Hermoso, Concha, muy hermoso y seguro que llega "allí donde se acurruca el cielo" y el lo disfruta. También a mí, como a Just, me trae a la memoria a mi padre y me emociona profundamente.

Un beso que te llegue al corazon

Ana