Pura magia
Publicado: Dom, 29 Nov 2009 2:39
Algo nace, cuando algo muere recostado sobre arena seca,
cuando a la tarta de cualquier cumpleaños imaginario
le han robado las velas,
o a una botella de cava no le salta el corcho,
o simplemente no existe cava con que regar.
Y… ¿qué sucede cuando una puerta no se abre?
alguien duerme en un ataúd sin cerrar
en espera de quemar el puro saludable de la Habana,
con la mirada en el techo humedecido de la galería,
y el alma con la maleta del último equipaje
facturada a golpes de tiempo enrollado.
Con cuatro pasos, tres de ellos mal dados,
se intenta coger el vagón más luminoso,
evitando que la oscuridad nos engañe en el último instante,
y no se pueda ver con claridad el destino que nos aguarda.
A todo esto, las velas bailan una danza quemada,
mientras llenan de flecos sus faldas derretidas,
y, como una paradoja a la vida,
menguan conforme se quema su existencia,
así se convierten en aliados de infortunio
o duendes desvestidos ante el final de la mecha.
Y…, un ataúd no es más que una puerta cerrada
a punto de abrirse,
donde la llave se saca de una chistera.
Es pura magia.
cuando a la tarta de cualquier cumpleaños imaginario
le han robado las velas,
o a una botella de cava no le salta el corcho,
o simplemente no existe cava con que regar.
Y… ¿qué sucede cuando una puerta no se abre?
alguien duerme en un ataúd sin cerrar
en espera de quemar el puro saludable de la Habana,
con la mirada en el techo humedecido de la galería,
y el alma con la maleta del último equipaje
facturada a golpes de tiempo enrollado.
Con cuatro pasos, tres de ellos mal dados,
se intenta coger el vagón más luminoso,
evitando que la oscuridad nos engañe en el último instante,
y no se pueda ver con claridad el destino que nos aguarda.
A todo esto, las velas bailan una danza quemada,
mientras llenan de flecos sus faldas derretidas,
y, como una paradoja a la vida,
menguan conforme se quema su existencia,
así se convierten en aliados de infortunio
o duendes desvestidos ante el final de la mecha.
Y…, un ataúd no es más que una puerta cerrada
a punto de abrirse,
donde la llave se saca de una chistera.
Es pura magia.