Mis irredentos pies
Publicado: Mié, 25 Nov 2009 1:11
Mis irredentos pies
en el polvo de todos los caminos,
vueltos a nacer ayer
traspasaron las puertas tendenciosas
de aquellos mis destinos.
Sedientos de descanso
y como falsos lobos solitarios
soñaron las distancias
de los briosos corceles mercenarios
en la llanura opaca.
Oh, suave caridad
de aquellos pasos, libres como el viento,
rodajas de mis noches,
pedradas de lujuria encadenada
y paz del sentimiento.
Buscaron en la cruz
de los desiertos la palmera azul,
el agua siempre pura...
la bendita ilusión de la inocencia
y el claro de la luna.
Mis caminantes pies...
lleváronme también a las delicias
de un loco amanecer,
siempre a la faz de una mirada cierta
y luego a tus caricias.
Mis pobres andariegos
que supieran correr en las planicies
sin luces y sin faro
del lento caminar de aquellos tiempos
de absurdas directrices.
Me abrieron sin saberlo
la puerta gris de todas mis audacias,
la fresca ensoñación
de la danzante causa sensitiva
y luego tu fragancia.
Hoy, pies cansinos que me dio la vida,
mis irredentos pies…
crisoles buscadores de abundancia.
en el polvo de todos los caminos,
vueltos a nacer ayer
traspasaron las puertas tendenciosas
de aquellos mis destinos.
Sedientos de descanso
y como falsos lobos solitarios
soñaron las distancias
de los briosos corceles mercenarios
en la llanura opaca.
Oh, suave caridad
de aquellos pasos, libres como el viento,
rodajas de mis noches,
pedradas de lujuria encadenada
y paz del sentimiento.
Buscaron en la cruz
de los desiertos la palmera azul,
el agua siempre pura...
la bendita ilusión de la inocencia
y el claro de la luna.
Mis caminantes pies...
lleváronme también a las delicias
de un loco amanecer,
siempre a la faz de una mirada cierta
y luego a tus caricias.
Mis pobres andariegos
que supieran correr en las planicies
sin luces y sin faro
del lento caminar de aquellos tiempos
de absurdas directrices.
Me abrieron sin saberlo
la puerta gris de todas mis audacias,
la fresca ensoñación
de la danzante causa sensitiva
y luego tu fragancia.
Hoy, pies cansinos que me dio la vida,
mis irredentos pies…
crisoles buscadores de abundancia.