Editorial Alaire

Todos los noes y síes de mi vida en ruinas,
todas las noches atrapadas en el fondo de una copa,
todas las canciones y todos los libros,
todos los sueños quebrados por el húmero,
no han hecho sino prepararme para lo que viene.

Voy a decirte algo:
las flores siguen siendo hermosas cuando se mueren,
hay calmas intranquilas como océanos,
nerviosas como el doble o nada a una baza.

La adversidad es sólo una pasajera de rostro infame,
que a menudo suele empujar en la dirección correcta.
Lo cierto es tan falso que apuñala los ojos.
No hay nada que temer,
sino mucho por abrazar.

Yo soy como el que quiso acariciar el Sol
convirtiéndose en ceniza,
pero no cabe nada malo en ser ceniza,
las cenizas son el preludio
de un nuevo comienzo.

Por eso no temas si me marcho
antes de la hora establecida.
Yo tengo un trato con las viejas estrellas,
con los dioses primigenios y la Nada insaciable,
con la luz y la oscuridad.

Allá donde vaya,
pensaré siempre en ti.

Ellos lo saben.

buenos dias socio...Allí nos veremos, bajo la tutela de los dioses de la nada...Buena poesía para empezar batrriendo los sermones estupidos del alba...salud...

pero no cabe nada malo en ser ceniza,
las cenizas son el preludio
de un nuevo comienzo.

Estoy totalmente de acuerdo y, además, disfruto tu manera de hacer poesía, desde siempre.

Un placer,

Carmen

"... las cenizas son el preludio
de un nuevo comienzo."

Me parece un poema muy bello, Ernesto, con imágenes logradísimas y un final estupendo.
Un gusto conocerte.

Besos.

Jaume, agradezco que me dejes tu -casi siempre poco habitual- punto de vista. Un honor, hombre, y un par de tragos a tu salud y a la mía, también.

Carmen, saberse uno leído por ti produce cierto rubor. No se lo cuentes a nadie, maja. Un beso.

Aubriel, el placer es mío. Gracias por leerme y permitirme conocer tu opinión. Beso de vuelta.