Editorial Alaire

La ciudad misteriosa dormía en su silencio
con el aura magnética agazapada en sombra.

La niebla melancólica
sabía de las plazas
sumergidas en viento, en plegarias de mundos.

El sonido de un coche rasgó la madrugada
y la muchacha fue espíritu nocturno.

Después vagó sin cuerpo por calles y teatros
para ensoñar sin tiempo la belleza terrena.
Despidió su habitáculo con poemas de bruma,
se diluyó en el aire y se entregó a la nada.



Ana Muela Sopeña

poemazo, encantado de leerlo, el final est'a excelente y las interpretaciones son infinitas, yo tengo tres posibles, un gustazo leerlo

Un gusto leerte Ana. Saludos cordiales.

Un poema misterioso, esa muchacha que se convierte en espíritu nocturno... Es indudable los múltiples registros que tiene tu poesía. Mi felicitación, Ana. Un abrazo.

Poema de un intimismo oscuro y provocador, luminoso y amable, todo y todos sus contrarios en una imagen congelada como una fotografía interior proyectada sobre la pantalla de una ciudad. Un acierto, Ana.
Salud.

Ana Muela Sopeña,

Gracias por compartir
tus magníficos versos
son pinceladas de belleza


Un abrazo fuerte, querida amiga

Gracias, Allan, me alegra que te haya gustado el poema.

Un beso
Ana

Ana Muela Sopeña,

Una fuente de belleza, linda amiga

Un beso fuerte

Gracias, Rolando, por brindarme tus palabras.

Un abrazo grande
Ana

Ramón, es una alegría que el poeta te haya gustado.

Un abrazo grande
Ana

Julio, me encanta que el poema te haya gustado.

Besitos
Ana

Ricardo, verte entre mis letras es todo un lujo.

Un abrazo fuerte
Ana

Ricardo:

Gracias por pasar dos veces por mi poema.

Un abrazo grande
Ana

Un espíritu nocturno con mucha poesía en su interior, amiga mía.
Sin duda y como siempre, un excelente poema, esta vez con un tinte más intimista. Un abrazo.
Mario.

¡Buenísimo, Ana!
Cada imagen es perfecta.
Me gustan especialmente estos versos:

"El sonido de un coche rasgó la madrugada
y la muchacha fue espíritu nocturno."

Besos y mi admiración.