Editorial Alaire

Te creía dormido.
Dormido en el silencio de mi vientre,
dormido entre mis pechos, escondido
del viento, de la lluvia, de la tierra.

Te creía dormido,
soñando nuestros pies sobre el crujido
de miles de hojas secas, nuestros ojos
prendidos de la luz a media tarde.

Te creía dormido,
y estás muerto, es tu cuerpo, piel cadáver,
envoltorio vacío y nauseabundo
que no oculta la huída de tu carne.

Te creía dormido
y era yo quien dormía en mi delírio
sobre una fría lápida de sueños.

Qué bien llevas el poema, compañera, lo conviertes en unidad donde todo es necesario.

Las dos últimas estrofas, rotundamente clarificadoras y que pinchan lo justo para dejar herido el pensamiento.

Un placer ir entrando en tu poética.

Mi abrazo.

Luis Oroz.

Ana, nos has dejado un poema cargado de dolor, bellamente escrito.

Saludos
Arianna

Talentos a raudales, en este bien llevado poema.
Musicalidad de principio a fin.
Abrazos

Luis Oroz escribió:Qué bien llevas el poema, compañera, lo conviertes en unidad donde todo es necesario.

Las dos últimas estrofas, rotundamente clarificadoras y que pinchan lo justo para dejar herido el pensamiento.

Un placer ir entrando en tu poética.

Mi abrazo.

Luis Oroz.

Muchas gracias Luis por tu comentario, un placer poder compartir este espacio y aprender de vosotr*s

Un abrazo grande para ti

Muy bello poema polimétrico, amiga Ana Bella, que ha sido un placer leerte.
La anáfora en todas las estrofas, la rima consonante (dos versos en la primera y segunda estrofas) y la rima asonante (dos versos en la tercer y cuarta estrofas), crean un conducto musical por donde llevar en volandas a los versos.

En la primera estrofa hay un repunte fonológico, primero por la anadiplosis (repetición de la misma palabra al final de un verso y al comienzo del siguiente) ''dormido'' y, luego, por la rima interna consonante, con el mismo vocablo, en el tercer verso.

Felicidades, consigues buenos versos en todos los estadios del poema.
Te mando un cordial abrazo.

Te creía dormido,
y estás muerto, es tu cuerpo, piel cadáver,
envoltorio vacío y nauseabundo
que no oculta la huída de tu carne.

Te creía dormido
y era yo quien dormía en mi delírio
sobre una fría lápida de sueños

Un precioso poema donde el dolor de la herida abierta se descuelga por todos sus versos. Destaco estas dos estrofas finales que me han gustado mucho.

Un beso que te llegue al corazón

Ana Villalobos Carballo

Ana, nos has dejado un poema cargado de dolor, bellamente escrito.

Saludos
Arianna

Muchas gracias por comentarme arianna, un placer estar por aquí

Coincido con los comentarios anteriores en lo bien que desarrollas el poema. Un excelente trabajo. Enhorabuena y un saludo.

Un poema triste y bien desarrollado. Ese afán de aferrarnos a nuestros deseos. Saludos poeta.

Ana Bella López Biedma escribió:
Te creía dormido
y era yo quien dormía en mi delírio
sobre una fría lápida de sueños.

Ana, qué bien lo has dicho, me ha gustado, ha sido un placer pasar. Saludos cordiales



Spin

Aun así, yo revisaría alguna de las asonancias i-o, para que sonara perfecto.

Un precioso poema que ha sido un placer leerte.
Feliz Navidad, amiga Ana Bella.
Un cordial saludo.