Editorial Alaire

NO FUE SÓLO EL SILENCIO




No fue sólo el silencio,
ni siquiera el vacío que te deja en los ojos dos palabras dormidas,
no fue la incompetencia del amor
que arrastra los escombros de una voz inaudible.

No fueron las persianas del invierno,
ni aquella realidad que nos predijo el orden de la risa.

Tampoco fue la muerte,
(porque el dolor enciende 4 lámparas en mitad del futuro)
ni fue la soledad con su cielo de plástico,
ni toda la memoria comprimida en el pequeño frasco de la ausencia.

Solo sé que los sueños han abierto los brazos,
que en esta oscuridad distinta a todas, ha colgado sus flores,
su inacabado corazón de pérgola,
que en nuestro aliento cruza la evaporada piel de las respuestas,
que vivo a borbotones mientras sangra la luz
por esta nueva herida que amanece.






Luis Oroz.

Puedo entender muchas cosas en tus versos, y una especialmente me viene muy fuerte. Probablemente serán otros timbres los que te animan, pero ya sabes, así es la poesía.
En cualquier caso, la piel siempre se habita de dudas y de sueños.

Un abrazo, poeta.

Grandioso, poema, Luis! Duele y vivifica, alienta y acompaña.

Maravilloso!!!!!!!

Un beso grande con ovación cerrada,

Hallie

Situándonos en el terreno de las relaciones personales, amorosas, nos vas exponiendo dolorosamente la convicción de un final de esos que nunca quisieras haber vivido y que sabes que no tiene componendas. A medida que en tu poema vas desnudando las causas que no están detrás de la ruptura, se va acentuando la angustia de ese final que representas en los versos de cierre escritos desde la tristeza del reconocimiento de lo irremediable. Encomiable el ritmo y el clima o atmósfera en que desenvuelves el tema, Luis.
Salud.

Luis Oroz escribió:NO FUE SÓLO EL SILENCIO




No fue sólo el silencio,
ni siquiera el vacío que te deja en los ojos dos palabras dormidas,
no fue la incompetencia del amor
que arrastra los escombros de una voz inaudible.

No fueron las persianas del invierno,
ni aquella realidad que nos predijo el orden de la risa.

Tampoco fue la muerte,
(porque el dolor enciende 4 lámparas en mitad del futuro)
ni fue la soledad con su cielo de plástico,
ni toda la memoria comprimida en el pequeño frasco de la ausencia.

Solo sé que los sueños han abierto los brazos,
que en esta oscuridad distinta a todas, ha colgado sus flores,
su inacabado corazón de pérgola,
que en nuestro aliento cruza la evaporada piel de las respuestas,
que vivo a borbotones mientras sangra la luz
por esta nueva herida que amanece.






Luis Oroz.

Luis, una maravilla de poema. Resalto en negrita aquellos versos que más me llegaron...soberbios. Grato placer compartir tu sentir. Un cálido abrazo Poeta.

javi

Precioso, Luis, uno siente cuando te lee. Un placer
Abrazos
Pilar

Ignacio Fajardo

Puedo entender muchas cosas en tus versos, y una especialmente me viene muy fuerte. Probablemente serán otros timbres los que te animan, pero ya sabes, así es la poesía.
En cualquier caso, la piel siempre se habita de dudas y de sueños.

Un abrazo, poeta.

Muchas gracias, Ignacio, por esa complicidad que desprende tu palabra.

La poesía, de algún modo, nos enseña también a vivir, en ella estamos, y ella nos traduce.

Un fuerte abrazo , compañero.

Luis Oroz.

Genial poema, Luis. Sabes envolver de manera insinuante y encender ese sentimiento de nostalgia por el amor perdido.

Enhorabuena
Un abrazo
Ana

Como es normal en el poeta que nos ocupa, destaca ese desgajamiento de la realidad emocional en imágenes de gran poder de sugestión y de alta sensibilidad poética, esta vez dibujándonos un paisaje de angustia en lo incompleto y contradictorio, de heridas y partes sombrías de proyectos que se ejecutan en caminos luminosos y de esperanza “que vivo a borbotones mientras sangra la luz/por esta nueva herida que amanece”
No hay seres, ni acontecimientos, ni lugares físicos o espirituales culpables de la sombra, sino que ésta, es consustancial de la naturaleza humana.


Un abrazo querido chef.

Hallie

Grandioso, poema, Luis! Duele y vivifica, alienta y acompaña.

Maravilloso!!!!!!!

Un beso grande con ovación cerrada,

Hallie

Eres muy, pero que muy generosa, Hallie.
Yo te lo agradezco, porque provocar sensaciones es una de las pocas metas poéticas que tengo.

Un besazo, amiga, y gracias otra vez.

Luis Oroz.

Julio

Situándonos en el terreno de las relaciones personales, amorosas, nos vas exponiendo dolorosamente la convicción de un final de esos que nunca quisieras haber vivido y que sabes que no tiene componendas. A medida que en tu poema vas desnudando las causas que no están detrás de la ruptura, se va acentuando la angustia de ese final que representas en los versos de cierre escritos desde la tristeza del reconocimiento de lo irremediable. Encomiable el ritmo y el clima o atmósfera en que desenvuelves el tema, Luis.
Salud.
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Es todo un lujo contar con profundidad de tu lectura, Julio.
La palabra tiene una íntima relación con las sensaciones humanas, llevadas al extremo, como lectores, podemos encontrarnos en esa universalidad que casi siempre sujeta lo poético, y ese, para mí, es el quiz de la cuestión.

Muchas gracias por tu siempre alentadora palabra.

Abrazos isleños.

Luis Oroz.

Luis Oroz escribió: ...porque el dolor enciende 4 lámparas en mitad del futuro...
..solo sé que los sueños han abierto los brazos...
...vivo a borbotones mientras sangra la luz
por esta nueva herida que amanece...

Estos versos hay que leerlos muy, pero que muy, despacio.

En mí han producido un efecto de paradoja, lo que, por cierto, es asombroso.

Relatan, con una profunda carga melancólica (por su irremediabilidad), el dolor por una pérdida (amorosa en este caso) y a la vez tienen una alegría desbordante, porque independientemente de la herida, la vida continúa y a borbotones.

Ahora bien, cada uno les dará la interpretación que le parezca, pero yo lo tengo claro.

Un abrazo, desde la dmiración, compañero

Marcos