Editorial Alaire

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Fuimos polizones en busca de aventuras
surcábamos el mundo con rumbo claro;

hoy, tras encallar nuestros barcos
sin timón ni destino alguno,
somos víctimas de olas sin dueño.

Caminamos
deprisa, deprisa.

La tierra sigue girando,
el sol brilla, como de costumbre,
la luna viste sus mejores galas,
sigue regalándonos su incólume blancura.

Nosotros,
¿a dónde nos dirigimos?
¿quién dirige nuestros pasos?
¿de qué fantasmas huimos?.

Caminamos
deprisa, deprisa.

La noche y el día no cambiaron un ápice su ritmo;
náufragos de la vida,
incumplimos el contrato no escrito
del que hablan las estrellas.

Traicionamos a la conciencia,
la reacción gobierna nuestro deambular diario;
inundó las cuencas de nuestros ojos,
pagamos por ello alto tributo,
yace moribunda entre las aceras.
La acción, en su exilio,suplica su repatriación. [/TD][/TR][/TABLE]

Pues sí, Javier, queremos ir deprisa sin saber hacia dónde. Ese es nuestro sino
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Pues sí, Javier, queremos ir deprisa sin saber hacia dónde. Ese es nuestro sino
Abrazos
Pilar

Gracias Pilar por tu presencia entre mis letras. Abrazos.


javi

Buen poema nos dejas Javier. Tiene su magia poetica y misterio aventurero estos versos que nos dejas que disfruté leyendo

saludos y que igual disfrutes de mis versos

raf

Es verdad, Javier, caminamos deprisa sin pararnos en nada. Ni siquera miramos hacia delante o a los lados, tan solo tenemos ojos para nuestro propio ombligo. Me parece una crítica muy acertada la que plantea tu poema. Un abrazo.

Rafael Valdemar escribió:Buen poema nos dejas Javier. Tiene su magia poetica y misterio aventurero estos versos que nos dejas que disfruté leyendo

saludos y que igual disfrutes de mis versos

raf

Gracias Raf; me alegra te parases un momento y difrutases de mis letras...nos vemos. Un cálido abrazo.

javi

Excelente Jvier. Tienes una visión muy especial de los acontecimientos que transmites muy bien.
Me identifico mucho con tus poemas
Este me ha parecido genial
Mis aplausos y un fuerte abrazo
Joan

Ramón Carballal escribió:Es verdad, Javier, caminamos deprisa sin pararnos en nada. Ni siquera miramos hacia delante o a los lados, tan solo tenemos ojos para nuestro propio ombligo. Me parece una crítica muy acertada la que plantea tu poema. Un abrazo.

Gracias Ramón por tu visita, y dejar tu sentir. Un cálido abrazo.

javi

Tristany Joan Gaspar escribió:Excelente Jvier. Tienes una visión muy especial de los acontecimientos que transmites muy bien.
Me identifico mucho con tus poemas
Este me ha parecido genial
Mis aplausos y un fuerte abrazo
Joan

Muchas gracias Joan; me alegra te identifiques con lo plasmado en mis humildes letras. Sinceramente, este poema que escribí en la pantalla del ordenador de un tirón, no me gustó como quedó, pero estas criaturas que así nacen me gusta dejarlas con sus ropajes primigenios. Siempre me alegra verte entre mis sentimientos querido amigo. Un fuerte abrazo.

javi

Hemos dejado de caminar y nos hemos puesto a correr, porque queremos llegar los primeros; pero... ¿A dónde?

Un abazo.

Marcos

Una gran gusto. Recibe mis saludos cordiales.

Marcos de la Mancebía escribió:Hemos dejado de caminar y nos hemos puesto a correr, porque queremos llegar los primeros; pero... ¿A dónde?

Un abazo.

Marcos

Sí, Marcos, todo va muy deprisa, son muchos los estímulos exteriores que nos bombardean y confunden, ciegan, paralizan...como bien dices ¿ a dónde coño vamos?. Gracias por dejar tu sentir entre mis letras. Un cálido abrazo.

javi

Rolando del Pozo escribió:Una gran gusto. Recibe mis saludos cordiales.

Gracias Rolando por asomarte a mis sentimientos; gusto el mío al compartir mis letras. Un cálido abrazo.

javi

Hola Javier.
La prisa es el mal de nuestro tiempo, amigo mío, uno de los muchos males, y lo peor es que caminamos sin saber a dónde la mayor parte de las veces.
Me gustó el poema. Un abrazo.
Mario.

La noche y el día no cambiaron un ápice su ritmo;
náufragos de la vida,
incumplimos el contrato no escrito
del que hablan las estrellas.


Traicionamos a la conciencia,
la reacción gobierna nuestro deambular diario;
inundó las cuencas de nuestros ojos,
pagamos por ello alto tributo,
yace moribunda entre las aceras.
La acción, en su exilio,suplica su repatriación.

Javier, me gusto sobre todo la segunda parte del poema, donde el autor reflexiona sobre la condición humana, solitaria, sin sentido, como si el resto del cosmos derramara su indiferencia sobre nuestras acciones.

Un abrazo