Desde entonces llueve
Publicado: Jue, 29 Oct 2009 0:30
Llueve desde aquel día que guardo en desconsuelo.
Llueve en el pecado
que esconde tras su cortina de candelabros torrenciales.
Acaso debiera haber salido a lavarlo
pero está grabado con vergüenza en el alma,
no cicatriza, escuece demasiado hondo.
Ando como vagabundo pendenciero,
sobre suelos que reflejan mi cuerpo
entre marcas de inmundicia y nubes de fetidez arrepentida.
No es la huída lo que atormenta
a esa perdida dama vestida de conciencia,
con sayones de juez honesto y sentencia cabal.
Pero sí aterra cuando sale de paseo por la vida
y reparte vivencias en la balanza desnivelada.
Sigue lloviendo en el interior,
invocando tormentas
que tan solo humedecen el lagrimar de los ojos.
Y el pecado sigue oculto en el desconsuelo.
Desde entonces llueve.
Llueve en el pecado
que esconde tras su cortina de candelabros torrenciales.
Acaso debiera haber salido a lavarlo
pero está grabado con vergüenza en el alma,
no cicatriza, escuece demasiado hondo.
Ando como vagabundo pendenciero,
sobre suelos que reflejan mi cuerpo
entre marcas de inmundicia y nubes de fetidez arrepentida.
No es la huída lo que atormenta
a esa perdida dama vestida de conciencia,
con sayones de juez honesto y sentencia cabal.
Pero sí aterra cuando sale de paseo por la vida
y reparte vivencias en la balanza desnivelada.
Sigue lloviendo en el interior,
invocando tormentas
que tan solo humedecen el lagrimar de los ojos.
Y el pecado sigue oculto en el desconsuelo.
Desde entonces llueve.