Editorial Alaire

De qué vas tú, gañán,
de qué guindo caíste.
Diocesillo en tu triste mundo de garabatos.
Ganso con afición al pavoneo.
A qué despliegas tanto fuego fatuo,
si yo sé que te buscas
la neurona entre las rodillas.

Viviste entre mis muslos tu minuto de gloria
y el agua ni hace bises
ni permite la sal en sus heridas.
Encallarán a sotavento
los húmedos jadeos de tu sombra

Mis cicatrices se reservan
derecho de admisión

Ana querida,
en Argentina no usamos (o casi nadie usa) la palabra gañán. De por sí me parece que es una palabra que suena graciosa y me parece muy apropiada para este poema de descargo que me hizo reír. Ese toque de humor que suele estar en tus poemas, los hace muy valiosos, a mi modo de ver.

te mando un beso grande,
Paula

Ana ... un poema maravilloso.
Me gusta eso de "De qué vas tú, gañán,/de que guindo caíste." Voy a guardar la frase por si algún día la necesito, una nunca sabe.
Hace un tiempo, chateando, una prima usó la palabra "cotilla", me gustó tanto que ahora me resulta difícil recordar cómo se dice en "argentino". De acá me llevo "gañán".
Me encanta el giro divertido que le das al tema, me encanta como escribís.

Muchos besos y aplausos!

Lo dices con tanto salero que en lugrar de ponerte triste te hace sonreir. Bravo
Abrazos
Pilar

Hola Ana

Mis cicatrices se reservan
derecho de admisión

Creo que es un cierre estupendo en su seriedad para finalizar un poema que casi me arrancó la sonrisa. Lectura amable y fresca, amiga mía. Un abrazo.
Mario.

No me funcionan los acentos pero queria decirte que tu poema me ha hecho sonreir de nuevo... ya te he dicho que me lo tengo que aprender de memoria para recitarlo como una oracion por las noches, je...

Ironia divertida la tuya. Un besote, cielo,

Carmen

De qué vas tú, gañán,
de qué guindo caíste.
Diocesillo en tu triste mundo de garabatos.
Ganso con afición al pavoneo.
A qué despliegas tanto fuego fatuo,
si yo sé que te buscas
la neurona entre las rodillas.

Viviste entre mis muslos tu minuto de gloria
y el agua ni hace bises
ni permite la sal en sus heridas.
Encallarán a sotavento
los húmedos jadeos de tu sombra

Mis cicatrices se reservan
derecho de admisión.
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Hermoso poema, amiga Ana, aunque duro como el perdernal que vuelve de una decepción o más.
Al pobre gañán le has sacudido de lo lindo, jajajaja, si bien, con gracejo, por lo que la cosa se suaviza bastante. Según dicen, si tienes que morir que sea en brazos de una sonrisa.
En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Bueno, bueno, bueno...

Esas cicatrices están ya más que curadas. Sólo te acuerdas de ellas cuando las ves y para sonreír con ironía.

Un beso.

Marcos

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Tú si que no tienes pelos en la lengua *smiles* Seguro el gañán se lo merece!!! Bravo, poeta!

Besos - Iben



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Genial reproche, Ana.

Me encanta ese tono desenfado y divertido del poema.

Enhorabuena
Un besote
Ana

paula varela escribió:Ana querida,
en Argentina no usamos (o casi nadie usa) la palabra gañán. De por sí me parece que es una palabra que suena graciosa y me parece muy apropiada para este poema de descargo que me hizo reír. Ese toque de humor que suele estar en tus poemas, los hace muy valiosos, a mi modo de ver.

te mando un beso grande,
Paula

Gracias Paula, me alegra que te gustara.

Un besazo enorme.

Aubriel Camila de la Prad escribió:Ana ... un poema maravilloso.
Me gusta eso de "De qué vas tú, gañán,/de que guindo caíste." Voy a guardar la frase por si algún día la necesito, una nunca sabe.
Hace un tiempo, chateando, una prima usó la palabra "cotilla", me gustó tanto que ahora me resulta difícil recordar cómo se dice en "argentino". De acá me llevo "gañán".
Me encanta el giro divertido que le das al tema, me encanta como escribís.

Muchos besos y aplausos!

Muchísimas gracias, Aubriel.

Un abrazo

Pilar Morte escribió:Lo dices con tanto salero que en lugrar de ponerte triste te hace sonreir. Bravo
Abrazos
Pilar

Gracias Pilar por tu visita.

Un abrazo

Mario Martínez escribió:Hola Ana

Mis cicatrices se reservan
derecho de admisión

Creo que es un cierre estupendo en su seriedad para finalizar un poema que casi me arrancó la sonrisa. Lectura amable y fresca, amiga mía. Un abrazo.
Mario.

Gracias Mario por tu visita y por tus elogios.

Un abrazo

Demoledor, aunque se suavice levemente por su aliento epigramático. No me siento aludido, pero muchos agricultores empezamos en su día siendo gañanes. Tú, sin duda, le das otro sentido al individuo del poema.

Un beso.