Editorial Alaire

Jaume vendrell KYUSS escribió:Señor j.j.m ...Ya que hoy estoy con ganas de marcha, he desvirgado con potencia y alegría tu poema...Como siempre cargado de malditas imágenes...El cierre grandioso...Salud compadre...

pero desconocía los oficios del alma y su abyecto vestigio dibujado en la piel.
Desconocía que las rosas fuesen un sutil armamento.

Rafel Calle escribió:Bellísima muestra de tu hacer poético, querido amigo Ferreiro, que tiene todos los pronunciamientos de las obras que perduran.
Segunda entrega del libro y poemazo al canto, jajajaja. Me alegra mucho encontrarte en plena forma.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un fuerte abrazo.

J. J. M. Ferreiro escribió:Agarraba los días con la mano cargada del poder de trazar un pájaro.
Tenía en su mirada la intensidad del tigre.
Estudiaba lo inexplicable, ávido y populoso como un río,
pero desconocía los oficios del alma y su abyecto vestigio dibujado en la piel.
Desconocía que las rosas fuesen un sutil armamento.

Lo devoraba el lacio cuerpo de los dioses,
sus fervorosos túmulos, el cuero de sus voces.
No sospechaba de los prismas del polvo, de los micelios de la pena,
donde intima la sangre con sus trenes hipnóticos.

Magnéticos los ojos por exactos y fijos,
absolvían su aliento en los espejos;
el tacto de los tegumentos agigantaba su pupila.
Allí, entre el cuerpo y el alma, había sólo una ficción de luz
―encandecida flor, de hambres consumida.

Se hacía imprescindible un corazón de sombra palpitando en la fiebre.

Pilar Morte escribió:Me reflejan estos versos una etapa de la vida donde el idealismo y la utopía alejan de la realidad. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

Mario Martínez escribió:Hola J.J.

Todo el poema es un pleno de imágenes, pero este verso en particular me ha encantado:

Desconocía que las rosas fuesen un sutil armamento.


Un verdadero placer leerte, amigo mío. Un fuerte abrazo.
Mario.

Ana Clavero escribió:

pero desconocía los oficios del alma y su abyecto vestigio dibujado en la piel.
Desconocía que las rosas fuesen un sutil armamento.

Preciosas imágenes, sobre todo estas dos.

Ha sido un placer leerte.

Un abrazo