Editorial Alaire

La ciudad era un cúmulo
de sombras adheridas a las calles.
La gente no miraba
a los ojos de nadie,
tan sólo respiraba imperceptiblemente.

El frío se adueñó de las mujeres
que en sus barcas de sal,
con lágrimas de seda,
esperaban la mano protectora.

La abulia esclavizó a todos los hombres.
Reptaban por los parques,
como boas hambrientas y ateridas,
buscando el pulso cósmico
de las hembras sin tiempo
que habitaban los bosques del asfalto.

Una luz cegadora
sorprendió a las mujeres
y sus relojes biónicos
se pusieron en marcha.

En el abismo suave del crepúsculo
una mujer antigua
sedujo a los androides de la mátrix
con su holograma de silicio.



Ana Muela Sopeña

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La ciudad era un cúmulo
de sombras adheridas a las calles.
La gente no miraba
a los ojos de nadie,
tan sólo respiraba imperceptiblemente

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Me ha encantado este poema y su delicioso decenlace. Bravo, poeta!

Besos - Iben





.

El frío se adueñó de las mujeres
que en sus barcas de sal,
con lágrimas de seda,
esperaban la mano protectora.

Buenas letras amiga

Mujeres en sus barcas de sal y lágrimas de seda... y qué más decir, sino aplaudir todo un poema que explora nuevos ambientes con tanto acierto. Con un abrazo.
Salud.

Ana Muela Sopeña,

Como siempre te he dicho:

Un manejo extraodinario de la imagen y la palabra

Un beso fuerte, querida amiga

Iben, gracias por tus palabras. Siempre que te veo entre mis versos sé que el poema llegará a buen puerto.

Gracias siempre, amigo
Un beso enorme
Ana

Un futuro cargado, entre otras cosas, de poesía.

Manejas el verso con una soltura digna de reseñar, y conviertes la ciencia ficción, en realidad poética, en este poema, cuyo comienzo es casi un fotograma de nuestros días.

Un placer esta lectura, Ana, besos para ti.

Luis Oroz.

Gracias, Javier, por brindarme tus palabras.

Un beso grande, poeta
Ana

Una voz muy tuya y una cuidada extructura.

Un besazo, tocaya.

Julio, gracias mil por tus palabras. Me alegra que este poema de ciencia ficción te haya gustado. El futuro está aquí. Las metáforas pueden ser de mañana o de hoy.

Creo que los hologramas de silicio están ya aquí. Tengo mi particular visión de todo ello...

Un beso grande
Ana

El gran Orwell te daría un beso, visionaria del presente-futuro...Siento frío al leer tu poema,a mi pelo kilométrico erizado como un sable...Yo también te doy otro beso...

Ricardo, tus palabras siempre han sido y siguen siendo un gran aliento para mí.

Gracias, de corazón
Un abrazo fuerte
Ana

Luis, gracias por ver el futuro cargado de poesía.

Un placer verte entre mis versos

Un abrazo grande
Ana

Hermoso poema, amigo Ana.
En esa anunciación que tan bien relatas creo que la emoción crece a medida que nos acercamos a la última estrofa, bellísimo grupo de imágenes donde se visualiza el simbolismo culto que data un clamor de buena nueva.

En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema; son avenidas de presunción espacial que se dirigen a la matríz de los inciertos, androides que reclaman su conciencia, magia al fin porque, sea lo que sea, será lo que el poeta crea que está siendo. A los sufridos versadores, algún premio nos tendrán que dar por escribir aquello que se siente porque no se vive.

Un cordial abrazo.

La ciudad, autómata, agoniza. Pero queda la mujer, con su instinto de vida, para dejarnos un futuro esperanzador.

Un beso

Marcos