Editorial Alaire

Si no puedes hacer
que te ciegue la luz
como antes lo hacía,
porque hoy la indiferencia está presente
en todas las páginas de tu vida
y ya no te conmueve la mendicidad
y tienes tu clemencia arruinada.

Si ya no puedes ser
niño vestido de inocencia
ni de infeliz clamor
ni de grito herido y doliente
por tener un corazón
teñido en sangre y duelo.

Si te dejas cegar
por el brillo del oro
y no por el más intenso del amor
en unos ojos dulces,
porque tienes corrompida la mirada.

Si eres capaz de estar en pie
cuando la sangre se derrama
por la tierra usurpada
a pueblos que se mueren
comiéndose su hambre.

Si dejas que el olvido
se coma tus recuerdos...
Tendrías que excusarte,
y desandar tus pasos
para volver a sentirte
en la piel de otros hombres,
y para ser de nuevo
palestino, afgano o irakí
y acabar encontrando
esa noche coronada de misterios
que te tiene olvidado.

Cuanta razón tienes en tu poema, amigo Juan Carlos, verdades como puños que golpean, que hurgan en las mil maneras de la mentira, especialmente, cuando se mienten a sí mismos.
Ha sido un placer leerte.
Un cordial abrazo.

Totalmente de acuerdo, deberíamos excusarnos, pero puede más la inercia de la vida
Me gustó leerte
Abrazos
Pilar

Rafel Calle escribió:Cuanta razón tienes en tu poema, amigo Juan Carlos, verdades como puños que golpean, que hurgan en las mil maneras de la mentira, especialmente, cuando se mienten a sí mismos.
Ha sido un placer leerte.
Un cordial abrazo.

Gracias amigo Rafel;
y tú no tendrías que excusarte;
soy yo por estar tanto tiempo fuera
que hasta mi nombre cayó en el olvido.

Bromas del día.

Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Totalmente de acuerdo, deberíamos excusarnos, pero puede más la inercia de la vida.
Me gustó leerte
Abrazos
Pilar

Estimada Pilar:

Tu comentario está hecho a medida,
¿ves? eso de la inercia es una excusa,
una del tipo que solemos usar todos
cuando no estamos por la labor.

Tenemos que excusarnos
pero de otra manera
no para dejar de hacer
sino por haber dejado de hacer;
excusarnos y no dar motivos
a tener que volver a excusarnos.

Gracias por tu compañía y oportuno comentario.

Un abrazo.