El nacimiento de Venus
Publicado: Vie, 01 Feb 2008 1:55
El nacimiento de Venus
Alegoría
Un zumbido de luciérnagas y aureolas de amapolas
siguió al estallido de címbalos en el mar,
rociaron los nenúfares de ámbar la ribera,
los bosques de encinas celestes, los prados.
El gran ciprés contempló el ocre de lluvia,
el rocío del bóreas amarillento,
la aurora cubriendo la núbil cresta del Ida,
el mediodía azul y el llamado de las ninfas.
El arpa rasgó las cuerdas en el verduzco lago
y un capullo, moviéndose entre las enramadas,
se abrió silencioso en las claras aguas,
reflejándose en la espejada sombra de los alhelíes.
Tenue relámpago precedió a la aparición:
Venus, más blanca que el alba de invierno
y altiva como el murmullo del guijarro,
me miraba, desenhebrando el polen de sus cabellos.
La canción
- Quisiera ser Cupido de alas negras,
tórtola que posa en la sombra de la noche,
en los balcones góticos del alba,
en los mausoleos del errante,
sin mares ni navíos, el perdido enamorado.
Quisiera ser, adiós, renacimiento,
ave en cuyas alas montaron las brujas,
el cáliz y el beso del poeta,
viento helado en estío,
el ocaso y la ira de los dioses.
Quisiera Venus, musa mía,
en la carroza alada de Júpiter
sobrevolar los campos y las estaciones,
las floridas praderas del solitario,
desde Los Andes a la cumbre del Himalaya.
Quisiera, desde los trópicos a los polos,
de los piélagos a los ríos,
en la plaza y en los muros del pueblo
decir, niña de los faros, mi amada,
Venus mía, te quiero.
E.N.R.D
13/09/2007
Alegoría
Un zumbido de luciérnagas y aureolas de amapolas
siguió al estallido de címbalos en el mar,
rociaron los nenúfares de ámbar la ribera,
los bosques de encinas celestes, los prados.
El gran ciprés contempló el ocre de lluvia,
el rocío del bóreas amarillento,
la aurora cubriendo la núbil cresta del Ida,
el mediodía azul y el llamado de las ninfas.
El arpa rasgó las cuerdas en el verduzco lago
y un capullo, moviéndose entre las enramadas,
se abrió silencioso en las claras aguas,
reflejándose en la espejada sombra de los alhelíes.
Tenue relámpago precedió a la aparición:
Venus, más blanca que el alba de invierno
y altiva como el murmullo del guijarro,
me miraba, desenhebrando el polen de sus cabellos.
La canción
- Quisiera ser Cupido de alas negras,
tórtola que posa en la sombra de la noche,
en los balcones góticos del alba,
en los mausoleos del errante,
sin mares ni navíos, el perdido enamorado.
Quisiera ser, adiós, renacimiento,
ave en cuyas alas montaron las brujas,
el cáliz y el beso del poeta,
viento helado en estío,
el ocaso y la ira de los dioses.
Quisiera Venus, musa mía,
en la carroza alada de Júpiter
sobrevolar los campos y las estaciones,
las floridas praderas del solitario,
desde Los Andes a la cumbre del Himalaya.
Quisiera, desde los trópicos a los polos,
de los piélagos a los ríos,
en la plaza y en los muros del pueblo
decir, niña de los faros, mi amada,
Venus mía, te quiero.
E.N.R.D
13/09/2007