Editorial Alaire

Esta lluvia, cobijo de los ojos,
lame la flor y exhuma el terciopelo,
se escurre en agua arisca por el suelo,
inundando el jardín y los antojos.

Solfa antigua, trovar en ritmo leve
con pulsos del espíritu; ventura
para el hombre perdido en calma impura,
reloj de finitud y canto breve.

Pronta será su cíclica presencia,
empapando la atroz evanescencia
del pétalo en el iris sensitivo,

en innúmeras tardes repetida
sobre la rosa ausente, ya sin vida
tus manos, ya sin manos su cultivo.

La lluvia como elemento evocador de otros momentos cargados de nostalgia y de belleza en tus versos, delicadamente magníficos y de agridulce recuerdo. Pero todo sigue, aun sin sus manos.

Un abrazo.

Óscar Distéfano escribió:
Esta lluvia, cobijo de los ojos,
lame la flor y exhuma el terciopelo,
se escurre en agua arisca por el suelo,
inundando el jardín y los antojos.

Solfa antigua, trovar en ritmo leve
con pulsos del espíritu; ventura
para el hombre perdido en calma impura,
reloj de finitud y canto breve.

Pronta será su cíclica presencia,
empapando la atroz evanescencia
del pétalo en el iris sensitivo,

en innúmeras tardes repetida
sobre la rosa ausente, ya sin vida
tus manos, ya sin manos su cultivo.

Aparte de la oportunidad extraordinaria de disfrutar de la excelsitud del soneto, en todo perfecto, resulta estimulante comprobar que los temas pueden tratarse con rigor y belleza a la vez. La presencia de la lluvia y el agua como elemento de vida se va disolviendo en la también inevitable presencia de la muerte. El juego de contrastes entre las figuras elegidas para representar ambas realidades: naturaleza, tiempo,pétalo,ausencia, pulso... hacen percibir con mayor fuerza -incluso crudeza- el fondo del poema. Magnífico, amigo Óscar.
Salud.

Me gustó el soneto, tiene versos muy hermosos
Abrazos
Pilar

Un placer volver a leerte, Oscar... aprecio mucho tu buen hacer.

Un abrazo,

Carmen

Excelente soneto, Oscar, excelente. Me ha gustado sobre todo los últimos versos, has cerrado el último terceto con brillantez. Mi aplauso.
Un abrazo
J. manuel

Qué gozada leer poemas como éste.

Un abrazo

Marcos

Óscar Distéfano escribió:
Esta lluvia, cobijo de los ojos,
lame la flor y exhuma el terciopelo,
se escurre en agua arisca por el suelo,
inundando el jardín y los antojos.

Solfa antigua, trovar en ritmo leve
con pulsos del espíritu; ventura
para el hombre perdido en calma impura,
reloj de finitud y canto breve.

Pronta será su cíclica presencia,
empapando la atroz evanescencia
del pétalo en el iris sensitivo,

en innúmeras tardes repetida
sobre la rosa ausente, ya sin vida
tus manos, ya sin manos su cultivo.

Es hermosísimo tu poema, Oscar. Las imágenes son maravillosas.

"...en innúmeras tardes repetida
sobre la rosa ausente, ya sin vida
tus manos, ya sin manos su cultivo."

Estos últimos versos son especialmente conmovedores.

Besos y mis felicitaciones.

Qué gozada de soneto es una preciosidad. Un gusto.
Besos

Me encanto toda esa finura toda esa belleza mojando en petalo al verso.

Saludos

Ignacio Fajardo escribió:La lluvia como elemento evocador de otros momentos cargados de nostalgia y de belleza en tus versos, delicadamente magníficos y de agridulce recuerdo. Pero todo sigue, aun sin sus manos.

Un abrazo.

Gracias, Ignacio, por tu comentario. Me alienta. La lluvia siempre es y será un tema recurrente en la poesía.
Su misteriosa sugerencia es infinita para el espíritu.

Un abrazo.
Óscar

Un soneto precioso donde la bellea encaja tan bien como la métrica.
me ha fascinado, me ha parecido genial.
Un abrazo
Joan

Magnífico soneto, Óscar. Te considero un maestro en el arte del soneto.

Lirismo, suavidad, perfección.

Tus versos se deslizan suavemente, hasta el punto de que el lector puede olvidarse de que es un soneto. Se lee como un poema libre.

Me encantó
Enhorabuena
Un beso
Ana

Me uno a los comentarios anteriores a los que aompaño un fuerte aplauso para tu excelente hallazgo.

Un gusto, compañero

Óscar Distéfano escribió:
Esta lluvia, cobijo de los ojos,
lame la flor y exhuma el terciopelo,
se escurre en agua arisca por el suelo,
inundando el jardín y los antojos.

Solfa antigua, trovar en ritmo leve
con pulsos del espíritu; ventura
para el hombre perdido en calma impura,
reloj de finitud y canto breve.

Pronta será su cíclica presencia,
empapando la atroz evanescencia
del pétalo en el iris sensitivo,

en innúmeras tardes repetida
sobre la rosa ausente, ya sin vida
tus manos, ya sin manos su cultivo.

Óscar, magnífico poema el que leí esta mañana. Dolor envuelto en suma belleza. Un cálido abrazo.

javi