Pareados en la playa
Publicado: Mié, 30 Sep 2009 16:08
Y cuando se va la bruma,
entre las olas de espuma,
el sol calienta la arena
y el cuerpo de mi morena.
Mientras yo, en el chiringuito,
tomándome algo fresquito
(una cervecita helada
y una almendrita salada)
miro los cuerpos turgentes
de mujeres diferentes;
ya hembras esculturales
o maduros carcamales.
Damas que lucen sus pechos,
los tengan o no derechos;
pechos duros y elegantes,
o enormes, para lactantes;
Pechos viejos ya caídos,
pechos de recién nacidos;
grandes pechos, importantes
y bellos como diamantes.
Pechos pequeños, medidos
y pechos al sol tendidos;
Enormes pechos colgantes,
suaves pechos, inquietantes,
que te anulan los sentidos;
Pechos recién relamidos;
pechos grandes y operados
o pequeños, retocados...
Bellos pechos excitantes;
pechos sucios, repugnantes;
pechos que van bien ajados,
son flácidos y arrugados.
Lacios pechos, consumidos,
ya húmedos o escurridos.
Pechos que son mi alegría
y adornan la vista mía.
¡Oh, dulces pechos queridos,
todos sois bien avenidos!
¡Quedaos en mi retina,
pechos, que sois vitamina!
Yo seguiré en la playa.
Váyame a dónde me vaya
no veré pechos mejores.
Y si me dan los calores
me cubro con la toalla.
Y del sol, del muy canalla,
para evitar sus ardores
y mitigar sus rigores
(el calor todo lo acalla),
me protegerá la talla
de un parasol de colores.
Si no hay sombras mayores,
poco importa no las haya,
porque estoy en mi atalaya
y me hacen los honores,
las más bellas de las flores.
¡Déjame, no seas canalla,
que disfrute de la playa
y espérate un poco, coño,
no vengas aún, gris otoño!
entre las olas de espuma,
el sol calienta la arena
y el cuerpo de mi morena.
Mientras yo, en el chiringuito,
tomándome algo fresquito
(una cervecita helada
y una almendrita salada)
miro los cuerpos turgentes
de mujeres diferentes;
ya hembras esculturales
o maduros carcamales.
Damas que lucen sus pechos,
los tengan o no derechos;
pechos duros y elegantes,
o enormes, para lactantes;
Pechos viejos ya caídos,
pechos de recién nacidos;
grandes pechos, importantes
y bellos como diamantes.
Pechos pequeños, medidos
y pechos al sol tendidos;
Enormes pechos colgantes,
suaves pechos, inquietantes,
que te anulan los sentidos;
Pechos recién relamidos;
pechos grandes y operados
o pequeños, retocados...
Bellos pechos excitantes;
pechos sucios, repugnantes;
pechos que van bien ajados,
son flácidos y arrugados.
Lacios pechos, consumidos,
ya húmedos o escurridos.
Pechos que son mi alegría
y adornan la vista mía.
¡Oh, dulces pechos queridos,
todos sois bien avenidos!
¡Quedaos en mi retina,
pechos, que sois vitamina!
Yo seguiré en la playa.
Váyame a dónde me vaya
no veré pechos mejores.
Y si me dan los calores
me cubro con la toalla.
Y del sol, del muy canalla,
para evitar sus ardores
y mitigar sus rigores
(el calor todo lo acalla),
me protegerá la talla
de un parasol de colores.
Si no hay sombras mayores,
poco importa no las haya,
porque estoy en mi atalaya
y me hacen los honores,
las más bellas de las flores.
¡Déjame, no seas canalla,
que disfrute de la playa
y espérate un poco, coño,
no vengas aún, gris otoño!