Editorial Alaire

"Viste la soledad ropa de multitudes"



¡Dios mío, que solos...!



Es una soledad que ya no duele,
ni pesa, ni entristece, ni se enreda
trepando por la piel como la hiedra.
Ya no turban las voces su sosiego.
Se alimenta en recuerdos de la brisa,
de la húmeda caricia de la tarde,
del trino desolado de los pájaros.
Es una soledad de piedra y tierra,
de hierba enmohecida que al estío
evapora las horas, las plegarias,
los sueños que en ramaje de cipreses
construyeron su nido de recuerdos.
Es una soledad de cielos grises
absortos en miradas infinitas
y un mañana sin fin de amaneceres.
Es una soledad acompasada
por muchas soledades que comparten
monólogos urdidos por el viento,
minúsculas distancias insalvables.
Es una soledad sin emociones,
sin espera, sin tiempo, sin regreso,
anclada en el vacío, desahuciada,
sentada en las rodillas del olvido.
Es una soledad sin previsiones,
de humana condición, rumbos inciertos.
La soledad sin tregua de los muertos.




Mario.



Quiero pedir perdón a los compañeros que ya leyeron el poema por no haber explicado que el título lo había tomado prestado de ese poema de Gustavo Adolfo Bécquer que Marcos de la Mancebía ha tenido a bien copiar. No lo hice porque me pareció obvio que así era.
Bécquer es para mí el poeta romántico por excelencia.

Me has dejado extenuada. Mucha soledad y mucha belleza en tus versos
Abrazos
Pilar

Mario Martínez escribió:"Viste la soledad ropa de multitudes"



¡Dios mío, que solos...!



Es una soledad que ya no duele,
ni pesa, ni entristece, ni se enreda
trepando por la piel como la hiedra.
Ya no turban las voces su sosiego.
Se alimenta en recuerdos de la brisa,
de la húmeda caricia de la tarde,
del trino desolado de los pájaros.
Es una soledad de piedra y tierra,
de hierba enmohecida que al estío
evapora las horas, las plegarias,
los sueños que en ramaje de cipreses
construyeron su nido de recuerdos.
Es una soledad de cielos grises
absortos en miradas infinitas
y un mañana sin fin de amaneceres.
Es una soledad acompasada
por muchas soledades que comparten
monólogos urdidos por el viento,
minúsculas distancias insalvables.
Es una soledad sin emociones,
sin espera, sin tiempo, sin regreso,
anclada en el vacío, desahuciada,
sentada en las rodillas del olvido.
Es una soledad sin previsiones,
de humana condición, rumbos inciertos.
La soledad sin tregua de los muertos.




Mario.

....qué solos se sienten los muertos' imagino que tuviste en mente esto de Bécquer. Me pregunto, si esa soledad que vemos nosotros desde nuestra mirada de vivos, será así, de serlo, sería ese un infierno del que nadie se salvaría. Me encantó el poema por la reflexión que induce, sobre un tema en cierta forma controversial, y con tantas puntas como éste. Un abrazo, Luna.-

Conmovedor poema que estremece la fibra sensible del lector más indiferente, amigo Mario.
Cala hondo.


Mi abrazo

Me ha traído a la memoria el poema de Bécquer "Cerraron sus ojos..."Tanta soledad y como dices, ya no duele. Precioso.

¨Es una soledad acompasada
por muchas soledades que comparten
monólogos urdidos por el viento¨


¨La soledad sin tregua de los muertos¨

Una gran gran entrega Mario. Esos dos versos los remarco por su belleza y su verdad. La verdad me sorprendió el final, no pensaba que el poema estuviera hablando de esa soledad definitiva, fue como un baldazo de agua fría, excelente sin dudas. Siempre es un placer leerte Mario, sos de los poetas que escriben de la forma clásica que logran conmoverme. Siento que las formas siempre realzan lo que dices, y viceversa. Por eso admiro lo que haces, yo no lo podría hacer ni en mil años.

Bueno Mario te dejo un fuerte abrazo.

Me has pillado a traición con tu poema. Hoy es un día gris, lluvioso, melancólico... Por eso tu poema me ha sobrecogido profundamente. Es bueno que un poema haga sentir. El tuyo lo hace.
Excelente trabajo amigo.
Un abrazo.
J. manuel

Creo que a todos nos han venido a la mente los mismos versos. Pero en realidad, quién mejor que Bécquer para acompañar tan exquisito poema.


Despertaba el día
y a su albor primero,
con sus mil ruidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterios,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!


Soledad sin estridencias.

Un fuerte abrazo, amigo mío.

Marcos

Mario

Cualquier tema, por controversial que parezca, con el manto de la poesia en el, se ve de modos distintos. Es una labor enorme la de tus versos plagados de imagenes tan reales que estremecen el alma.

Felicidades, amigo. Has hecho un poema muy bello con versos semiblancos.

Saludos

Javier

Gracias Pilar, querida amiga, me alegra que el poema te haya gustado, pertenece a mi libro "Huellas de paso", como muchos de los que voy posteando. Un fuerte abrazo.
Mario.

Gracias Luna.
No sé en realidad si esa soledad será o no, así. Ya sabes, nadie vuelve para contarlo. Gracias por tu paso.
Un fuerte abrazo.
Mario.

Gracias Vicente,me alegra que el poema te haya gustado. Un fuerte abrazo, amigo mío.
Mario.

La realidad está presente y la hermosura de tus versos nos reclama más conciencia. Un gusto leerte. Mis felicitaciones.

Bello poema, donde desgranas los mil y un matices de la soledad(que siempre es la propia, la de cada uno ve y siente). La cita de Bécquer parece acertada pues también es indudable el tono romántico de tus versos. Enhorabuena y un abrazo.

Poema tan estremecedor por el tema, como bello en las palabras. Me ha emocionado.

Un saludo.