Anaranjado

[Alonso de Molina]

como una moviola dejas pasar las imagenes
que tal vez inconscientemente vas liberando
dejando escapar de un interior sobrado de imaginación

un gusto querido amigo, te felicito


.

[Jerónimo Muñoz]

contigo, Jerónimo y con tus historias, nunca sabe una por donde va salir.................creo entrever, que eres adicto a los cafés, je,

un besito............Pilar

Los cafés, querida Pilar, me van a quitar la vida. Sí: soy adicto, adictísimo. Quizás por abusar de él, mi cerebro ha segregado esta insensatez con leves matices poéticos y gotitas de eternas preguntas encubiertas.
Te agradezco tu entrañable compañía y te mando un fuerte abrazo.

[José Manuel Sáiz]

Curioso, descriptivo y onírico poema lleno de originalidad que aprisiona la atención del lector hasta su final. Excelente. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
J. manuel

[Sara Álvarez]

com un paisaje citadino, muy descriptivo en el ir y venir de gentes ,
se ve que los cafés no te quitan el sueño

un placer la lectura

[Rafel Calle]

El primer poema de Jerónimo en Alaire.

[Rafel Calle]

Gran Reserva de Alaire.

[E. R. Aristy]

Cuando ya comenzaba a anochecer,
después de haber estado varias horas
sentado en la terraza de aquel bar,
decidí que debía dedicarme
a observar a la gente que pasaba.
Así que le pedí al pulcro camarero
un séptimo café
y me puse a mirar y a escudriñar,
y vi gente curiosa, interesante,
en la que nunca había reparado.
Pasó primero un cura no muy grueso,
con pantalón vaquero y gafas negras,
que quizás fuese un ciego bonachón,
y que no pronunció ni una palabra.
Por la acera de enfrente, un militar,
no sé bien si sargento o comandante,
paseaba en bermudas a su perro
sin dignarse en lanzarme un mal vistazo,
a pesar de que yo lo miraba muy fijo.
Un taxista cogido del brazo de su esposa
pasó detrás del cura, mirando a todas partes.
Detrás nadie surgió en un par de minutos.
Y, enseguida, un maestro de primarias
pasó dándole besos a su novia,
sin que ella le hiciera mucho caso.
Y pasó un gran tropel de estudiantes de Física
que daban fuertes voces y reían.
Y pasaron catorce empleados de Hacienda,
todos rubios y altos y con ojos azules,
portando la pancarta de consigna ilegible.
Pasaron muchas gentes, ya digo: muchas gentes.
Después se acercó un hombre de uniforme
pidiéndome, muy serio, la documentación,
y al decirle que no sabía dársela
y al preguntarle luego si era policía,
se enfadó y se indignó de tal manera
que tuvo que acudir el pulcro camarero
que se lo llevó aparte y lo calmó.
Y yo, que ya estaba aburrido de observar,
me eché del otro lado y me dormí.

Jerónimo que gran poeta eres despierto o dormido, tu lucido camino poético nos abre las puertas de la imaginación. Abrazos, ERA

[Jerónimo Muñoz]

Once años después de este mi primer poema en el foro, descubro que, como siempre ( ), he dejado a muchos sin contestar.
Aquí quiero expresar mi gratitud por estos amables y afectuosos comentarios que me dedicasteis tiempo atrás, a la vez que mi admiración hacia todos vosotros.
Fuertes abrazos.
Jerónimo

[Ramón Carballal]

Te pones en el lugar del observador y observas lo que pasa con fina ironía. He disfrutado con la lectura. Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

Yo también, en un primer momento, me pregunté cómo es que el observador distinguía las profesiones; y luego entendí eso que dijiste: "Son lo que yo quiero que sean". Es muy buena manera de interpretar la realidad, ya que, detrás de un uniforme puede existir lo que no es (por ejemplo: "debajo de una sotana puede esconderse un monstruo"). En realidad este hermoso trabajo es un cuento en versos, con el aditamento de poseer esa magia poética que nos trasporta a través de la emoción.

Un abrazo fuerte.
Óscar

[Rafel Calle]

Gran Reserva de Alaire.

[Rafel Calle]

Qué tiempos aquellos, amigo Jerónimo, por entonces, ya se sabía que el verso no tiene secretos para ti.
Abrazos.