Editorial Alaire

. Movimiento I
[Horario hiemal]
Decae la luz su parsimonia, su grande hálito
de autarca invicto, al ruido acre de las mandrágoras
que todo impele hacia el desmayo,
mas a la tarde, tras sus narcóticos,
será el crepúsculo un tedio hondo, un halo triste que a todo afecte,
el junco digno que al fin se nos doblegue al gris asueto de los otoños
para invadir de parco y de desgana
este universo tan amplio y suyo.
.

Un atardecer melancolico bellamente descrito Sampedro.

A mi, siempre los atardeceres mustios, estivales tienden a ponerme en estado quasi-onirico. Hasta que llega la noche con sus voces de senora vieja.

Saludos, un placer inaugurar tus versos

Javier

La tarde y su crepúsculo, la hora de la melancolía que tu bien describes. Me gustó leerte
Un abrazo
Pilar

Languidece la tarde; se añora el amanecer, pero la noche es propicia para los sueños. Muy triste. La melancolía del poeta.

Saludos.

Marcos

"Decae la luz su parsimonia, su grande hálito
de autarca invicto,"
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Sencillamante soberbio para comenzar.

Un gusto, compañero

Ya se empobrecen las luces, Javier, se acortan las tardes y el gris asola mi espacio. Ya, aquí, reaparecen los primeros signos del otoño y los árboles se adaptan, se introvierten, se despueblan.

Gracias por su amable comentario, compañero.

Un saludo.

Siempre es un riesgo en lo poético, intentar abordar esas sensaciones, a veces tan profundas, que nos invaden en la contemplación de un ocaso; lo digo por lo recurrente que es el tema en la poesía de todo tiempo y lugar, pero tú lo consigues de un forma nueva, de una sugerencia imaginativa verdaderamente envidiable.

Todo un placer conocer tus letras.

Un abrazo.

Hola, Pilar, es el atardecer, estos atardeceres que no sólo van de la luz hasta el ocaso sino que además traspasan los límites del verano hacia el otoño dejándolo todo un poco más ceniciento.

Gracias por sus amables palabras, señora.

Hay belleza y melancolía en tus versos. Son acertadas las imágenes pues el otoño y el crepúsculo me han parecido muy bien tratados en tu poema. Un saludo.

Un poema que por relatar de forma tan poética el crepúsculo, y de forma no manoseada, por lo común de la descripción, hace que su lectura sea, sinceramente, todo un placer.

Un cordial saludo.

José Manuel F. Febles

El otoño, en mi caso, está cargado de nostalgias, Marcos y el gris y la humedad se me adentra como espinas en las artrosis del subconscientes.

Gracias por estar en este lugar, compañero.

Un abrazo.

Gracias, Nésthor, sinceramente, es un placer el leer su comentario y le quedo agradecido, compañero.

Un abrazo.

Qué amable comentario, J.J., en definitiva a casi todos nos arrancan los mismos estímulos, el amor, el desamor, la vecina de enfrente, la noche, los ocasos, la alborada, lo cotidiano, las injusticias, las guerras, las hambrunas, etc., creo que nos repetimos y nos repetimos hasta la saciedad, pero qué hacer sino seguir adelante...

Gracias, compañero, sinceramente.

Un abrazo.

Ramón, le agradezco lo bondadoso de su comentario.

Gracias, compañero.

Un abrazo.

José Manuel, en verdad es un placer la lectura de su comentario. Todo un gusto el que haya estado en este sitial, compañero.

Un abrazo.