Te estuve buscando por los ojos del mundo
Publicado: Vie, 11 Sep 2009 22:44
Te estuve buscando por los ojos del mundo,
y entretuve mi mirada con el brillo rutilante de tu imagen.
Te vi,
con un mar de zafiro azul y un sol de dorado tesoro
como guardianes impertérritos de tu belleza,
te vi, sencilla y serena,
como si de un lienzo se tratara,
te vi ausente, con los pómulos de cristal y llanto
y una esencia en tu mirar
que inundaba el cielo de palomas mensajeras.
Te vi rodeada de soles de colores,
con las manos deshojando un bosque de plumas
y acariciando al aire con tu piel erizada.
Te vi talando las raíces del corazón
mientras exhalabas semillas de alma
y esbozabas una sonrisa con guiño de paz.
Te vi con un jazmín espumoso,
con un ramillete de oxígeno pulcro
vestido de arlequín.
Te vi cortando las ramas de un árbol sin decorar
y dejaste caer por tus manos
una catarata de pétalos de seda
y una finísima lluvia de flores.
Y la tarde cobró vida.
Te vi tan lunática
como los astros que colgaban
de tu enredado cabello.
Te vi besuqueando la luna,
dejando correr la savia del mar
un día gris de invierno,
acariciando la arena con tus pies descalzos.
Te vi en el cielo,
iluminando el universo con tu collar de luceros.
Te vi muy cerca de mí,
con el calor de la piel
quemando mi piel,
con un libro casi cerrado,
y tu ausencia definitiva
encadenada al fin.
Con un punto y final
te esfumaste sin un hola, sin un adiós,
más, créelo, entonces también te vi.
y entretuve mi mirada con el brillo rutilante de tu imagen.
Te vi,
con un mar de zafiro azul y un sol de dorado tesoro
como guardianes impertérritos de tu belleza,
te vi, sencilla y serena,
como si de un lienzo se tratara,
te vi ausente, con los pómulos de cristal y llanto
y una esencia en tu mirar
que inundaba el cielo de palomas mensajeras.
Te vi rodeada de soles de colores,
con las manos deshojando un bosque de plumas
y acariciando al aire con tu piel erizada.
Te vi talando las raíces del corazón
mientras exhalabas semillas de alma
y esbozabas una sonrisa con guiño de paz.
Te vi con un jazmín espumoso,
con un ramillete de oxígeno pulcro
vestido de arlequín.
Te vi cortando las ramas de un árbol sin decorar
y dejaste caer por tus manos
una catarata de pétalos de seda
y una finísima lluvia de flores.
Y la tarde cobró vida.
Te vi tan lunática
como los astros que colgaban
de tu enredado cabello.
Te vi besuqueando la luna,
dejando correr la savia del mar
un día gris de invierno,
acariciando la arena con tus pies descalzos.
Te vi en el cielo,
iluminando el universo con tu collar de luceros.
Te vi muy cerca de mí,
con el calor de la piel
quemando mi piel,
con un libro casi cerrado,
y tu ausencia definitiva
encadenada al fin.
Con un punto y final
te esfumaste sin un hola, sin un adiós,
más, créelo, entonces también te vi.