Rubor.
Publicado: Mar, 25 Ago 2009 9:20
Cuando sientes que te mira
y sus ojos te acarician,
piensas que el mundo te observa
y crees morir.
Esas caricias presentidas
son las que te hacen sentir:
Que la piel se eriza,
el corazón bombea loco,
la cara arde y se pone como la grana,
los ojos no aguantan la presión
y parpadean sorprendidos.
Las manos se humedecen,
la boca se seca
y la abres o la cierras
como un pez fuera del agua
balbuceando incongruencias
y palabras sin sentido.
O ríes sin maneras
con risa incontrolada y tonta
hasta que te palpitan las sientes
y la cabeza te estalla.
Te vuelves tan torpe
que hasta los pies se enredan solos.
¡Eres un desastre!
Menos mal que es un instante
y recuperada la compostura
ahora sí, sueltas la carcajada
mientras suspiras resignada
sabiendo que mañana
cuando te mire de nuevo
te volverá a suceder.
y sus ojos te acarician,
piensas que el mundo te observa
y crees morir.
Esas caricias presentidas
son las que te hacen sentir:
Que la piel se eriza,
el corazón bombea loco,
la cara arde y se pone como la grana,
los ojos no aguantan la presión
y parpadean sorprendidos.
Las manos se humedecen,
la boca se seca
y la abres o la cierras
como un pez fuera del agua
balbuceando incongruencias
y palabras sin sentido.
O ríes sin maneras
con risa incontrolada y tonta
hasta que te palpitan las sientes
y la cabeza te estalla.
Te vuelves tan torpe
que hasta los pies se enredan solos.
¡Eres un desastre!
Menos mal que es un instante
y recuperada la compostura
ahora sí, sueltas la carcajada
mientras suspiras resignada
sabiendo que mañana
cuando te mire de nuevo
te volverá a suceder.