Editorial Alaire

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"No todos radian por la Colifata,
los hay que ocupan mesas de caoba,
o lucen de moda la corbata
quizá manejan por las aceras la escoba.
No se sabe. Pero hablan, vaya si hablan,
mareas de palabras en sus bocas,
por el suelo las letras resbalan
agitadas, convulsas, medio locas,
pero no cejan y porfían en la perorata
de lo humano, lo terrenal, lo divino,
la ontología heideggeriana de la alcayata,
la conveniencia de la vacuna en el porcino.

No, no son gente apocada, timorata,
declaman incontinentes, sin vacilación,
la secreta armonía de una cantata
o las fuerzas telúricas que de un atolón
emergen, se sumergen intrépidos en la mística,
no conocen trabas que le apoquen en la hermenéutica.
Bajo la sombra de la tranquila mirística
duermen, a la espera que caiga la terapéutica
nuez moscada que los transporte
a las moradas de los dioses, sus pares.
Ágiles de lengua, donceles elegidos de linda porte
en su rauda oratoria, singulares.

Así son.

Y no conocen la necesaria contención,
ni la fina elengancia del silencio agradecido,
y se embarran en la triste condición
del necio, huible, charlatán incomprendido."


Uy, esta cascada de talento sobre el techo de un domingo, Max (se agradece tantísimo)

Qué se embriague la tierra de tu poema grande, aplausos muy fuertes!!!

Un beso.

Hallie

Hola Maximiliano

Me gusta esa forma que tienes de buscar la rima con versos polimétricos, aunque no siempre consigas mantener le rítmo (cosa harto dificil por cierto) a lo largo de todo el poema.
Pero se lee estupendamente. Un abrazo, amigo mío.
Mario.

Hallie Hernández Alfaro escribió:"No todos radian por la Colifata,
los hay que ocupan mesas de caoba,
o lucen de moda la corbata
quizá manejan por las aceras la escoba.
No se sabe. Pero hablan, vaya si hablan,
mareas de palabras en sus bocas,
por el suelo las letras resbalan
agitadas, convulsas, medio locas,
pero no cejan y porfían en la perorata
de lo humano, lo terrenal, lo divino,
la ontología heideggeriana de la alcayata,
la conveniencia de la vacuna en el porcino.

No, no son gente apocada, timorata,
declaman incontinentes, sin vacilación,
la secreta armonía de una cantata
o las fuerzas telúricas que de un atolón
emergen, se sumergen intrépidos en la mística,
no conocen trabas que le apoquen en la hermenéutica.
Bajo la sombra de la tranquila mirística
duermen, a la espera que caiga la terapéutica
nuez moscada que los transporte
a las moradas de los dioses, sus pares.
Ágiles de lengua, donceles elegidos de linda porte
en su rauda oratoria, singulares.

Así son.

Y no conocen la necesaria contención,
ni la fina elengancia del silencio agradecido,
y se embarran en la triste condición
del necio, huible, charlatán incomprendido."


Uy, esta cascada de talento sobre el techo de un domingo, Max (se agradece tantísimo)

Qué se embriague la tierra de tu poema grande, aplausos muy fuertes!!!

Un beso.

Hallie

Mas bien mucho sol en la cabeza, diría yo, querida Hallie...

Un beso, Max.