Editorial Alaire

Dónde nunca cegará el murmullo letal

¡Oh…!, musa del piélago en el profano universo,
inextinguible sur de letales lamentos manifestados.
¡Oh…!, musa de la irreverente blasfemia.
¿ Donde, dime donde ahogo mi flecha punzante?
para clavarte en un corazón poeta.
¡Oh…!, musa de la melancolía andante,
terciopelos abismados
boca suicida de toda mi melancólica vida.
¡ Que tiemble la nota musical en el laberinto!
¡Que las almas se conmuevan!
Musa de la lejana sangre derramada,
te levantaré un templo
una suicida paloma en los arrabales
dónde nunca cegará el murmullo letal.

JAVIER DICENZO

Invocas a las musas y lo haces con tonos clásicos, casi al estilo griego, para recitarlos ante los dioses del Olimpo. Me ha gustado.

Un abrazo.

Mucha fuerza en tus versos, Javier. Me han gustado. Saludos.

Ignacio: Si trato de meterme en la obra, pero no decididamente plasmo lo que yo quiero sino que son abstracciones que vuelco en el papel.
javier

Si existe mucha fuerza interior en mi poesia.
javier

Las musas que invocas han acudido, compañero. Bello poema. Aplausos.

Eric: Convoco a todas las musas