Editorial Alaire

Después de leer la novela Tu rostro mañana, de Javier Marías.


Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro,
la misma sinrazón en la mirada.
Tal vez tu sombra ensanche sus recuerdos
y proyecte el dolor de alguna historia.
Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra.
Cuando empiece tu rostro a ser de ayer
elegirás la excusa para enterrar su nombre.

Hola Carmen

No he leído la novela, amiga mía, pero si tiene la fueza y la inspiración de tu poema, por fuerza será buena. Un placer leerte. Abrazo.
Mario.

Un poema con mucha fuerza, tanta como Javier Marías deja plasmada en su novela.
Un abrazo de:
Piluca.

carmen iglesia,
El ayer
siempre
tiene
sensación de tierra
y arena
pero hoy el verso
cubre tus recuerdos...



Hermoso poema

te felicito

un abrazo fuerte, querida amiga

En una de tus respuestas a un comentario, creo recordar que mencionabas que eras poeta de "hincar los codos". Se nota, Carmen, lo bien elaborados que están tus versos, (lo que en modo alguno niega la inspiración sino que la complementa, a fin de cuentas la inspiración no deja de ser un diamante en bruto que luego hay que pulir). En fin, que tus poemas son de alguien que ha ido adquiriendo cierta maestría y lo demuestra en cada poema que escribe. Un placer la lectura. Besos.

carmen iglesia escribió:Después de leer la novela Tu rostro mañana, de Javier Marías.


Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro,
la misma sinrazón en la mirada.
Tal vez tu sombra ensanche sus recuerdos
y proyecte el dolor de alguna historia.
Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra.
Cuando empiece tu rostro a ser de ayer
elegirás la excusa para enterrar su nombre.

Para mi y sólo para mi y sin que lo vea mi novio tu poema supera la novela.
El besogrande para ti
José

"No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra. "

Qué versos tan armónicos y brillantes, Carmen!

Felicitaciones y un sinfín de aplausos.

Un beso grande también.

Hallie

Actualiza el blog, por fa, que tiene que anda una buscándote de foro en foro para ver que es lo último con lo que nos has deleitado.

Me ha recordado a la forma de decir de Amalia Bautista. No hay quien te pare, niña, y yo me alegro un montón.

Besazos.

Tengo que reconocer que no he leído el libro (es que Marías me "carga" un poco), pero el poema me ha gustado mucho. Vuelver a sacar nuevos registros y como siempre te digo, es lo que debes hacer porque además tú misma lo agradecerás.
Me recuerda este tema (según mi libre interpretación, que ya sabes cuanto meto la pata), a un poema que escribí titulado "Carta a mi futuro" donde establezco un diálogo-monólogo con la persona que seré dentro de.......¿treinta años?. Más o menos. Es decir con alguién que será un desconocido para mi y que recordará de mi lo que prefiera. ¿Van por ahí los tiros?

Un beso con cariño.

Mario Martínez escribió:Hola Carmen

No he leído la novela, amiga mía, pero si tiene la fueza y la inspiración de tu poema, por fuerza será buena. Un placer leerte. Abrazo.
Mario.

Bueno, Mario, Marias o te gusta mucho o no te gusta nada, a mí me encanta y eso que reconozco que al principio sus novelas me cuestan pero, luego, acaba enredándome y fascinándome...

Me alegra verte por aquí.

Un beso,

Carmen

A mi me gusta J. Marías y tu poema hace honor a sus libros. Preciosos versos, con esa hondura de la palabra justa.
Un abrazo
Pilar

carmen iglesia escribió:Después de leer la novela Tu rostro mañana, de Javier Marías.


Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro,
la misma sinrazón en la mirada.
Tal vez tu sombra ensanche sus recuerdos
y proyecte el dolor de alguna historia.
Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra.
Cuando empiece tu rostro a ser de ayer
elegirás la excusa para enterrar su nombre.

Carmen querida, hoy y siempre me saco el sombrero ante tu talento. No leí la novela de Javier Marías pero tu poema es maravilloso.

Besotes. Y aplausos.

carmen iglesia escribió:Después de leer la novela Tu rostro mañana, de Javier Marías.


Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro,
la misma sinrazón en la mirada.
Tal vez tu sombra ensanche sus recuerdos
y proyecte el dolor de alguna historia.
Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra.
Cuando empiece tu rostro a ser de ayer
elegirás la excusa para enterrar su nombre.

La eterna pregunta. !Cómo serán mañana"
El poema por si mismo, es precioso.
Besos.

"Quién sabe si mañana tendrás el mismo rostro"

Cuando leí este verso de repente me vino a la memoria "La metamorfosis" de Kafka
Aunque tus intenciones hayan sido otras, para mí el poema, si así se desea, roza las intenciones de esta magna obra.


"Las verdades que aprendes son muy frágiles,
se pueden inclinar sobre los ojos y llenarlos de tierra.
No sé que harás el día que receles;
con qué razón sujetarás la espada;
bajo qué cuello danzará el veneno.
en qué silencio clavarás la letra"

Como siempre tus versos muerden como afilados dientes, dejándonos una concreta y profunda huella en la sensibilidad poética del lector.

Biquiños, amiga Carmen.

Piluca de la Cuesta escribió:Un poema con mucha fuerza, tanta como Javier Marías deja plasmada en su novela.
Un abrazo de:
Piluca.

No tanta, Piluca... pero, bueno, era un pequeño homenaje a su novela por el disfrute que me proporcionó. Gracias por estar en él.

Un abrazo,

Carmen