Editorial Alaire

Marcos de la Mancebía escribió:


Era muy joven y muy guapa; al menos eso le pareció. Su larga cabellera dorada le caía sobre los hombros y le cubría sus incipientes pechos, ya casi de mujer. Le sorprendió su mirada, esos dos luceros azules que se posaron en él mansamente y a pesar de su desnudez sin muestra alguna de rubor.

Sentada como estaba sobre el taburete de madera, con las piernas abiertas y sus manos sobre las rodillas, mostrando su vello púbico sin el menor atisbo de pudor, parecía una profesional experta. Y por eso la hubiera tomado, de no ser por la naturalidad de sus gestos, por el tenue cuerpo aún sin formar y su redondeada cara pecosa que le miraba descaradamente. Y al verla así, allí y de esa manera, sin consciencia plena de lo que estaba sucediendo, apenas una niña, sintió tal cólera y tanta rabia, que se abalanzó como un poseso sobre el hombre que también desnudo y esposado permanecía sentado sobre la cama y comenzó a golpearlo. Abofeteó brutalmente su cara con los puños hasta que sintió un crujir de huesos y vio la sangre en sus manos. Entonces se serenó y pensó: "Tranquilo, amigo, tranquilo, que lo vas a matar y te juegas mucho, no merece la pena, ya está detenido y han caído todos, deja ahora actuar a los jueces". Y entre el sonido de las sirenas y el trasiego de policías, salió de la habitación, no sin antes escupir en el rostro ensangrentado del pederasta.

Los del consulado esloveno ya estaban avisados. Sólo quedaba por saber qué dispondría el destino para esas inocentes niñas...

Marcos de la Mancebía escribió:Gracias, Mar, por detenerte a comentar en este espacio tan poco transitado.

Y sí, es más habitual de lo que pensamos, no hay más que leer las noticias para comprobar que llevas razón.

¿Continuar? je,je, bueno, no sé, tendré que planteármelo... ¿La historia de la niña?... ¿La del detective?... ¿Ambas?... Ardua tarea me impones.

Un beso.

Marcos

MarRevuelta escribió:...creo que puedes y además debes, jajaja.