Editorial Alaire

Nuestra casa, nuestro cobijo.
Entre brumosas y cálidas humaredas,
entre la estepa y
la pradera,
Entre la penumbra,
el cielo azul,
entre tesoros y
escombros.

Nuestro objetivo.
La batalla iniciada,
la hora de la meditación,
la puta esperanza,
nuestro derecho a soñar,

Nuestra guerra,
el cáncer social.
Esa necesidad,
del poeta drogadicto, maricón,
adicto al sexo.
De noches como navajas,
de destripar el ocaso
de robarle más noche al alba.

Dirás que esto no es poesía.
No es un sofisticado castillo de arena
de palabras mágicas.
Quieren ser declaraciones
de un jodido borracho
con un propósito,
violento en la distancia:
Regresar a mi bar.
Mi mundo, su inmensidad.
Su mundo, mi inmensidad.
Y después empiezo a andar
a nuestra casa, nuestro cobijo
y dormir
hasta reventar
de tantos sueños heridos.

Pues sí te auguras un futuro prometedor... Está la cosa jodida, amigo.

Un abrazo.

Marcos

Este poema muestra la necesidad de replantearse muchas cosas, y a mí me gustaría que lo hicieses, que tu vida no fuera un sueño herido.
Un abrazo
Pilar

Me parece grande lo que escribes, destripando alba a la esperanza.

Un gusto señor bastardo, abrazos.

Marcos de la Mancebía escribió:Pues sí te auguras un futuro prometedor... Está la cosa jodida, amigo.

Un abrazo.

Marcos

Marcos que esto no es una declaración de mi situación actual, es una cosa que escribo y ya está. Tampoco está tan jodida las cosa, normalmente es uno mismo el que la jode.
Venga, otro abrazo para ti.
José Segundo.

Pilar Morte escribió:Este poema muestra la necesidad de replantearse muchas cosas, y a mí me gustaría que lo hicieses, que tu vida no fuera un sueño herido.
Un abrazo
Pilar

Gracias por llamarlo poema Pilar, pero esto NO muestra nada y mucho menos la necesidad de replantearse nada.
Es un escrito no es un ejercicio, ni un test, ni un diagnóstico, pero en absoluto.
Gracias por tu interes en que me replanteará muchas cosas pero eso no tiene nada que ver con lo que aquí nos ocupa.
Y eso de llamarle a mi vida un sueño herido no sé de dónde lo has sacado.

Un abrazo para ti
José

Jose Segundo Cefal escribió:Nuestra casa, nuestro cobijo.
Entre brumosas y cálidas humaredas,
entre la estepa y
la pradera,
Entre la penumbra,
el cielo azul,
entre tesoros y
escombros.

Nuestro objetivo.
La batalla iniciada,
la hora de la meditación,
la puta esperanza,
nuestro derecho a soñar,

Nuestra guerra,
el cáncer social.
Esa necesidad,
del poeta drogadicto, maricón,
adicto al sexo.
De noches como navajas,
de destripar el ocaso
de robarle más noche al alba.

Dirás que esto no es poesía.
No es un sofisticado castillo de arena
de palabras mágicas.
Quieren ser declaraciones
de un jodido borracho
con un propósito,
violento en la distancia:
Regresar a mi bar.
Mi mundo, su inmensidad.
Su mundo, mi inmensidad.
Y después empiezo a andar
a nuestra casa, nuestro cobijo
y dormir
hasta reventar
de tantos sueños heridos.

José, leo casi todos tus poemas, y es curioso en mí, que tengo mala memoria, que los recuerde casi todos. Eso, habla de una voz que 'dice' , más que una voz que junta palabras o frases en cierta forma 'bonitas'. Tengo por costumbre señalar los versos que más me llegan, tal vez, porque uno vea reflejado en ellos algo de lo que piensa o siente.
Saludos!! Luna.-

[quote="Jose Segundo Cefal"]Nuestra casa, nuestro cobijo.
Entre brumosas y cálidas humaredas,
entre la estepa y
la pradera,
Entre la penumbra,
el cielo azul,
entre tesoros y
escombros.

Nuestro objetivo.
La batalla iniciada,
la hora de la meditación,
la puta esperanza,
nuestro derecho a soñar,

Nuestra guerra,
el cáncer social.
Esa necesidad,
del poeta drogadicto, maricón,
adicto al sexo.
De noches como navajas,
de destripar el ocaso
de robarle más noche al alba.

Dirás que esto no es poesía.
No es un sofisticado castillo de arena
de palabras mágicas.
Quieren ser declaraciones
de un jodido borracho
con un propósito,
violento en la distancia:
Regresar a mi bar.
Mi mundo, su inmensidad.
Su mundo, mi inmensidad.
Y después empiezo a andar
a nuestra casa, nuestro cobijo
y dormir
hasta reventar
de tantos sueños heridos.[/quote]


Vaya usted a saber lo que es poseía, amigo Segundo. Ahora, cualquier cosa lo es, incluso esto.
¿Qué quieres que te diga?

Un saludo.

Luna de Nos escribió:

Jose Segundo Cefal escribió:Nuestra casa, nuestro cobijo.
Entre brumosas y cálidas humaredas,
entre la estepa y
la pradera,
Entre la penumbra,
el cielo azul,
entre tesoros y
escombros.

Nuestro objetivo.
La batalla iniciada,
la hora de la meditación,
la puta esperanza,
nuestro derecho a soñar,

Nuestra guerra,
el cáncer social.
Esa necesidad,
del poeta drogadicto, maricón,
adicto al sexo.
De noches como navajas,
de destripar el ocaso
de robarle más noche al alba.

Dirás que esto no es poesía.
No es un sofisticado castillo de arena
de palabras mágicas.
Quieren ser declaraciones
de un jodido borracho
con un propósito,
violento en la distancia:
Regresar a mi bar.
Mi mundo, su inmensidad.
Su mundo, mi inmensidad.
Y después empiezo a andar
a nuestra casa, nuestro cobijo
y dormir
hasta reventar
de tantos sueños heridos.

José, leo casi todos tus poemas, y es curioso en mí, que tengo mala memoria, que los recuerde casi todos. Eso, habla de una voz que 'dice' , más que una voz que junta palabras o frases en cierta forma 'bonitas'. Tengo por costumbre señalar los versos que más me llegan, tal vez, porque uno vea reflejado en ellos algo de lo que piensa o siente.
Saludos!! Luna.-

Gracias Luna por leer y señalar versos.
El beso gordo para ti,
José

Sí que es poesía, José. De la fuerte. La que llega. Que se siente. Que se sueña...Herido!
Un abrazo,
Juan.

Raúl Pozo Madrid escribió:

Jose Segundo Cefal escribió:Nuestra casa, nuestro cobijo.
Entre brumosas y cálidas humaredas,
entre la estepa y
la pradera,
Entre la penumbra,
el cielo azul,
entre tesoros y
escombros.

Nuestro objetivo.
La batalla iniciada,
la hora de la meditación,
la puta esperanza,
nuestro derecho a soñar,

Nuestra guerra,
el cáncer social.
Esa necesidad,
del poeta drogadicto, maricón,
adicto al sexo.
De noches como navajas,
de destripar el ocaso
de robarle más noche al alba.

Dirás que esto no es poesía.
No es un sofisticado castillo de arena
de palabras mágicas.
Quieren ser declaraciones
de un jodido borracho
con un propósito,
violento en la distancia:
Regresar a mi bar.
Mi mundo, su inmensidad.
Su mundo, mi inmensidad.
Y después empiezo a andar
a nuestra casa, nuestro cobijo
y dormir
hasta reventar
de tantos sueños heridos.

Vaya usted a saber lo que es poseía, amigo Segundo. Ahora, cualquier cosa lo es, incluso esto.
¿Qué quieres que te diga?

Un saludo.

Besitos.
José

Juan Bellini escribió:Sí que es poesía, José. De la fuerte. La que llega. Que se siente. Que se sueña...Herido!
Un abrazo,
Juan.

Me alegro que se haya gustado Juan. Si a ti te llega, tú la sientes y tu la sueñas ya me siento satisfecho.
Herido?
Ni tu, ni yo ni nadie.
El besogrande para ti.
José

Joan Port escribió:Me parece grande lo que escribes, destripando alba a la esperanza.

Un gusto señor bastardo, abrazos.

Gracias Joan, tú si escribes a lo grande.
Hablando de grandes.
El besogrande para ti.
José

Me gustan los temas "casa", me llegan, me abarcan, me debilitan y me sufro, y me duelo, y me lloro.... (jajajaja y me jodo)

Me gustó, me gusta.

Saludos.

Hola José Segundo.
Espero que el poema tan sólo sea un trabajao poético, amigo mío, no una pespectiva de futuro,
porque resulta triste, triste y demoledor.
Un placer leerte. Abrazos.
Mario.